Existen diferentes tipos de fármacos para tratar la infección por el VIH. Esos medicamentos atacan diversos aspectos del proceso que utiliza el virus para reproducirse. Como el VIH muta rápidamente y se vuelve resistente a todos los medicamentos administrados en forma aislada, los pacientes deben tomar una combinación de fármacos para lograr la máxima supresión del VIH.
La terapia de combinación contra el VIH es conocida como terapia antirretroviral de gran actividad o TARGA. La TARGA, cambia el curso natural de la infección por el VIH y prolonga significativamente el periodo entre la infección inicial y el desarrollo de síntomas. Para alcanzar estos resultados es importante empezar el tratamiento antes de que se manifiesten los síntomas del SIDA, pero aquél también tiene beneficios importantes y duraderos para la salud de los pacientes que lo comienzan después del diagnóstico de SIDA. Aunque es eficaz para retrasar la progresión de la enfermedad relacionada con el VIH, no es una cura. El VIH/SIDA actualmente en España es una infección crónica que tiene tratamiento pero no vacuna.
Además de los tratamientos para la infección por el VIH en sí, existen terapias para prevenir y/o tratar muchas de las infecciones oportunistas relacionadas con el VIH.
Los medicamentos anti-VIH actualmente disponibles se dividen en cuatro grandes familias: inhibidores de la proteasa, inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósido/nucleótido, inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de nucleósido e inhibidores de la entrada o fusión.
Para evitar crear resistencias a esas familias de fármacos y que sean efectivos, ya que son limitados y es posible que tengamos que tomarlos durante muchos años, es importante cumplir con las tomas en tiempo y hora, sin saltarse ninguna . Una buena adhesión al tratamiento es vital para que sea efectiva y exige un cumplimiento cercano al 100% para evitar que la carga viral aumente y ataque nuestras defensas.
Actualmente las recomendaciones de la OMS aconsejan iniciar el tratamiento tras el diagnóstico, independientemente de la carga viral y el recuento de CD4. Se ha estudiado en los últimos años el beneficio de un comienzo temprano del tratamiento para reducir la carga viral a indetectable y minimizar así las posibilidades de transmisión del virus.
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