Miércoles 8 de marzo de 2023, otro año más, TODAS LAS MUJERES de Apoyo Positivo reivindicamos nuestros derechos como ciudadanas y volvemos con nuestra CAMPAÑA #VILLANAS. Esta vez, queremos reivindicar lo que significa SER MUJER en un año en el que volvemos a olvidarnos de ello. Las políticas conservadoras, los egos, la desinformación, los privilegios, las mentiras y los bulos han llevado a equivocarnos y salirnos del camino. Pero nosotras no nos rendimos y volvemos a las calles ¿Te unes a nosotras?
En los últimos años, las villanas hemos percibido un cierto pesar en la lucha de los feminismos reivindicativos. Creemos que este pesar viene dado por la sensación de que no todas somos mujeres de pleno derecho si no cumplimos unos estándares clasistas y neoliberales…¿No estamos muy alejadas de la realidad, verdad?
A ese pesar, a esa tristeza, se les une la imposibilidad de tener un diálogo correcto entre todos los feminismos en los que se respete mínimamente la identidad, el ser, el razonamiento, los sentimientos y afectividades, las experiencias de vida y las diversidades que TODAS LAS MUJERES tenemos y que no parecen encajar en esos estándares.
Nosotras creemos que es importante escuchar todas las perspectivas y mostrar esa sororidad de la que tanto hemos presumido y que, por desgracia, se ha ido perdiendo por el camino. Pero no solo hemos perdido nuestra sororidad, si no también la escucha activa, la empatía y los valores que nos guiaban en la reivindicación de derechos y libertades.
No nos gusta pensar que en el feminismo hay clases, que no todas entramos en los mismos derechos, que las reivindicaciones no se ajustan a las realidades de TODAS y que, no sólo se invisibiliza, si no que se ataca a las mujeres divergentes.
Por eso este año, más que nunca, creemos que es importante recordar que es SER MUJER. Así, en mayúsculas, porque entramos todas, porque no hay una única mujer y porque ser mujer es ser muchas cosas. Por todo ello, las mujeres de Apoyo aprovechamos este 8 de marzo para dar un paso al frente y protagonizar una nueva campaña de #VILLANAS en la que, además de ponernos cara y conocernos un poco más, podéis ver qué es, para nosotras, SER MUJER.
Desde Apoyo Positivo queremos que se reconozcan TODOS ESTOS DERECHOS A TODAS LAS MUJERES y, por supuesto, seguiremos luchando y cuidando de nuestra salud sexual de una manera igualitaria y libre de prejuicios independientemente de nuestros orígenes, orientaciones, identidades.
La consideración de la salud menstrual como una cuestión, no de higiene, sino de salud y de derechos humanos, como ya viene demandando la Organización Mundial de la Salud, asegura una buena información y educación menstrual a las mujeres libre de estigmas y facilita el acceso a productos higiénicos.
Desde que en 2010 se modificó la Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo, en cuestiones fundamentales para las mujeres como que fuese una ley de plazos frente a la anterior ley de supuestos, los datos reflejan un descenso del número de interrupciones en España frente a los pronósticos realizados por los sectores más conservadores. Esto demuestra que el hecho de fomentar la capacidad de decidir de las mujeres, complementado con una ley que aborda más aspectos de la salud sexual como el acceso a métodos anticonceptivos o la promoción de la educación sexual, nos acerca cada vez más a los derechos sexuales y reproductivos.
Sin embargo, no debemos olvidar las tareas pendientes en torno a este tema: dar voz y capacidad de decisión a las mujeres menores sobre sus cuerpos y posibles embarazos, realización de las intervenciones en el sistema público y no en centros concertados, eliminación de la obligatoriedad de 72 horas de reflexión ante una decisión ya tomada, la objeción de conciencia de profesionales regulada o la igualdad real entre todas las mujeres independientemente de su origen o de la Comunidad Autónoma en la que vivan.
Para lograr objetivos en salud sexual es necesario hablar del derecho a la educación sexual propio de todas las mujeres. Terreno donde todavía queda mucho por hacer con una educación sexual que, en lugar de estar establecida de manera sistemática e igualitaria, se deja en manos del criterio de centros educativos y, en ocasiones, de la autorización previa de las familias. Esto se traduce en una educación desigual y que, de manera sistemática, vulnera los derechos de los niños, niñas y niñes sin que se tomen medidas reales al respecto.
Otro derecho que no podemos olvidar es el derecho a la libertad sexual. La polémica surgida ante la conocida como “ley del sí es sí” lo que consigue, en última instancia, es invisibilizar la realidad que vivimos las mujeres.
En 2021, según los datos del último informe del Ministerio del Interior sobre los delitos contra la libertad e indemnidad sexual, hubo un total de 17.016 delitos conocidos.
Esta abrumadora cifra hace que nos planteemos, no sólo reivindicar que se reconozca y se defina de manera clara el consentimiento sexual como base de unas relaciones sanas e igualitarias sino también reivindicar un adecuado tratamiento mediático y desde los poderes públicos de la lucha por nuestros derechos. La desinformación malintencionada es una herramienta del heterocispatriarcado que obstaculiza la consecución de nuestros objetivos como ciudadanas de derecho.
«En definitiva, demandamos una adecuada educación y promoción de la salud sexual que nos hable abiertamente de nuestros cuerpos y del placer, de conocerlos, de aceptarlos como son, de tomar decisiones sobre nuestra erótica sin que nos critiquen o nos violenten y sin distinción ninguna entre las distintas mujeres que formamos parte de esta sociedad».
Del mismo modo, no podemos olvidar la trágica situación que están viviendo muchas mujeres y niñas fuera de nuestras fronteras, en paises como Afganistán y Siria.
António Guterres afirmó que “la igualdad de género se aleja cada vez más” y, citando datos de ONU Mujeres, la situó a 300 años de distancia en caso de seguir “por la misma ruta”. Tras destacar el aumento de la mortalidad materna o el impacto que causan el COVID-19 o los conflictos internacionales en las mujeres y las niñas, señaló que “el patriarcado está contraatacando”.
Y por último, consideramos fundamental luchar contra la brecha digital que cada vez es más grande y que, si no se consigue corregir a tiempo, va a potenciar la desigualdad de género todavía más.
En la misma línea, el nuevo petróleo que supone el big data, en el que se basan muchas de las decisiones económicas y políticas adoptadas, está silenciando o no atendiendo las diferencias de género, propiciando resultados que aumentan gravemente la desigualdad de género.