UN ESTIGMA QUE NECESITA UN PACTO

La historia del VIH es un camino de éxitos clínicos, no tan rápidos como en otras pandemias, pero de continuos fracasos sociales, que ha dejado a las personas en un segundo plano, perpetuando prejuicios, violencias y estigmas hacia las afectadas.

40 años de un estigma construido desde las instituciones, desde los espacios de poder, en contra de determinadas personas y formas de vida, con un solo objetivo: seguir vulnerando derechos.

Por ese motivo la historia del VIH lo es también de la garantía de derechos humanos, es la historia de retar al estatus quo y avanzar socialmente. Y, como decimos, en eso de avanzar socialmente todavía tenemos camino en el VIH.

No se pueden entender estos 40 años del VIH sin entender su estigma.

En un reciente estudio, Creencias y actitudes de la población española  hacia las personas con VIH, 2021, desarrollado por CESIDA y SEISIDA, colaboradores de nuestro canal, se muestra un avance en la aceptación del VIH en la sociedad, pero se siguen arrojando datos preocupantes:

Un 12,6 % de los participantes del estudio creen que el VIH y el SIDA tienen que ver con  colectivos sociales determinados

Un 11% piensa que compartir un vaso puede transmitir el VIH

Un 21,3% que se puede transmitir por la picadura de un mosquito

Un 36,3% de la población española se sentiría incómoda si un compañero de su hijo o hija tuviera VIH

Y esto son solo datos de un estudio. La realidad diaria no es mucho mejor. 

No hablamos abiertamente del virus, de cómo prevenirlo, de qué hacer cuando te expones a él, de nuestra salud sexual en general, y es un incómodo compañero sexual durante toda nuestra vida, especialmente en algunas comunidades como la de hombres gais, bisexuales, personas trans, que nos lastra emocionalmente en nuestro desarrollo sexual, incluso aunque no tengamos la infección, como una letra escarlata que nos pegan al vivir nuestras identidades y orientaciones de forma libre.

No estamos en los años del punto rojo en los expedientes clínicos de personas con VIH, pero se siguen dejando a muchos pacientes los últimos en las salas de espera porque tienen VIH.

No se prohíbe la entrada en EE. UU. a personas con VIH, pero si en otros muchos países y es una barrera para entrar, por ejemplo, en un centro de día o en una residencia de ancianos. 

No se veta un alquiler a una persona con VIH, pero si puede haber un problema importante a la hora de conseguir un seguro de vida para algo tan básico como contratar una hipoteca para una vivienda.

El VIH se convierte en algo más que una infección a controlar médicamente con un tratamiento. El VIH supone una segregación social en derechos que impacta directamente en su mantenimiento como pandemia, en su prevención e incluso en esa gestión clínica y en la vida emocional de una persona.

Por ello, después de muchos años hablando de este estigma, comienza a haber un consenso internacional común: si queremos acabar con el virus pronto, como es posible con las herramientas actuales, debemos priorizar el estigma y el impacto en la salud emocional y mental que tiene esta infección en las personas y comunidades afectadas.

Así desde el Ministerio de Sanidad en colaboración con el tejido comunitario, en especial la Coordinadora Estatal de VIH / sida, CESIDA, se promovió en 2018 el Pacto Social por la No Discriminación y la Igualdad de Trato Asociada al VIH.

«El Pacto Social»

El Pacto Social VIH es uno de los objetivos prioritarios del Plan Estratégico de Prevención y Control del VIH y otras ITS, del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, recientemente actualizado, y que está alineado con los compromisos internacionales de ONUSIDA de cero discriminación y de finalizar el VIH como pandemia en 2030.

La materialización de este pacto social constituye un importante avance en la protección de los derechos de las personas más vulnerables frente a la discriminación.

Supone una hoja de ruta para identificar los espacios legales y administrativos donde todavía se vulnera a las personas con VIH y promover la erradicación de cualquier estigma y prejuicio relacionado en toda la sociedad. Desde su creación se ha avanzado en espacios tan importantes como la eliminación de la restricción por VIH en el acceso a cuerpos de seguridad del Estado, así como otras acciones y campañas que podéis conocer en su página web: pactosocialvih.es.

Quizá es sorprendente que un virus necesite un pacto social estatal entre todos los partidos y agentes sociales para acabar con su estigma. Pero más sorprendente es que hayamos tardado 40 dolorosos años en hacer justicia social a la memoria de muchas personas.

Infórmate sobre cómo puedes ayudar a acabar con el estigma del VIH en las acciones del Pacto Social y en nuestra web apoyopositivo.org

Si quieres saber más sobre el Pacto Social, no te pierdas nuestro último vídeo