Cuando llegan las vacaciones, en el momento de decidir destino, transportes, alojamientos… las personas con VIH tienen, además, que pensar en otra serie de cuestiones: ¿puedo viajar a este país si tengo VIH?, ¿me preguntarán por mi estado serológico cuando tramite el visado?, ¿cómo llevo mi medicación de forma segura?
Con estas preguntas, y otras similares, nos encontramos en nuestro día a día en Apoyo Positivo. Por eso, en el post de hoy vamos a intentar aclarar algunas de ellas.
Las personas que viven con el VIH pueden viajar y disfrutar haciendo turismo en la mayoría de los lugares del mundo, si bien es verdad que hay algunas excepciones con las que se debe contar a la hora de decidir un destino para viajar; ya que todavía existen países con restricciones.
Si tu idea es viajar por Europa, no vas a encontrarte con restricciones en ninguno de los países, siempre que sea un periodo de tiempo de noventa días como máximo. La única excepción se da en Rusia, y sólo para solicitar un visado de entrada múltiple, ya que se requiere un test de VIH negativo para obtenerlo.
Si estás pensando viajar a América, podrás hacer turismo en EEUU, Canadá y en la mayoría de los países de centroamérica y suramérica sin restricciones durante un período de noventa días. Solo existen algunas excepciones como Trinidad y Tobago donde no hay una regulación concreta y no se pueden excluir las pruebas de VIH al entrar al país; o el caso de Venezuela, donde se exige un certificado médico y no se tramita el visado a personas con algún tipo de enfermedad, aunque no tenemos constancia de que se haya prohibido la entrada a personas con el VIH.
Otro caso especial es Surinam, ya que si se viaja desde África, Asia o Europa del Este, es necesario un certificado de salud donde se excluya el VIH para obtener el visado.
Se puede viajar a todos los países de África sin ningún tipo de restricción ni límite de tiempo, salvo a Guinea Ecuatorial, donde existe la posibilidad de que exijan un certificado de tu estado serológico y, si es positivo, no permitirte la entrada. Y para viajar a Santo Tomé y Príncipe, no disponemos de información sobre si existe alguna restricción.
Pero continente asiático es, sin duda, el más complicado de todos para viajar. A Emiratos Árabes no se puede viajar con la medicación y, junto con Arabia Saudí, Bangladesh, Corea del Norte, Yemen y Siria; no se permite permanecer en el país a personas con el VIH, aunque no siempre solicitan una prueba serológica para entrar. En otros países asiáticos permiten estancias turísticas cortas, pasadas las cuales se solicitarán pruebas de VIH y, en el caso de ser positivo, se deberá abandonar el país.
Estas estancias son de diez días en Iraq, quince días en Bután, treita días en Qatar o Maldivas y seis semanas en Armenia (además, el informe médico adjunto a la medicación deberá estar escrito en ruso o armenio). En Vietnam pueden exigir una prueba de VIH negativa al entrar al país según su legislación, pero no tenemos datos de si se prohibiría la entrada a una persona con el VIH, ya que, al parecer, nunca se ha dado esta situación. Brunei y Jordania, son dos países donde pueden realizarse test de VIH al llegar al país, y si este es positivo, denegar la entrada.
En Oceanía no existen restricciones si vas a viajar a Australia, Nueva Zelanda o a otros lugares exóticos como Fiyi o Micronesia durante noventa días como máximo. Las dos excepciones de este continente son las Islas Salomón y Papúa Nueva Guinea, donde pueden solicitar un examen médico al llegar al país y denegar la entrada en caso de presentar alguna enfermedad infecciosa, entre las que se encuentra el VIH. De Kiribati y Tuvalu no disponemos de información sobre las exigencias para viajar a ellos.
Una vez que os hayáis decidido por algún destino es hora de preparar el equipaje. En Apoyo Positivo recomendamos viajar con tratamiento de sobra, aunque siempre sin superar los tres meses. La medicación debe ir siempre en el equipaje de mano, ya que la maleta facturada tiene posibilidad de pérdida, y con el embalaje original. También se debe llevar la copia de algún informe médico, por si en algún aeropuerto solicitan información sobre la medicación.
Todos estos obstáculos que hemos comentado son parte de las situaciones de estrés que pueden desarrollar las personas con el VIH, ya que en muchos casos el viaje será por ocio o turismo, pero también puede ser por cuestiones laborales, lo que les expone además a una situación de vulnerabilidad frente a su empresa. Una muestra más de lo poco avanzada que está la sociedad en cuestiones de diversidad y salud sexual, y de la serofobia que sigue existiendo a nivel estructural en muchos países del mundo.