Octubre trans. Es hora de romper mitos.

En España es ya costumbre que octubre sea un mes LGBTIQ centrado en las personas transexuales y la despatologización, es decir, dejar de considerar que la transexualidad es un trastorno mental.

2018 parece un buen año, ya que el 18 de junio la OMS anunció que la transexualidad dejaba de ser considerada un trastorno mental; al menos en lo que respecta al CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades).

Así que en este Octubre Trans queremos romper unos cuantos mitos, para que conozcamos algo más sobre la transexualidad, y cuáles son los estereotipos que creemos reales y ¡sorpresa!, no lo son.

Mito 1: Transexual y travesti es lo mismo

Travestirse es ponerse ropa que se considera de otro género. En 2018, deberíamos tener claro que la ropa es ropa, con independencia de que se asocie a un género o a otro. Un hombre se puede poner falda y no pasará nada. Pero si hablamos de vestirse y actuar como un hombre o una mujer, hablamos de drag: Drag Queens (vestirse y actuar como una mujer) y Drag Kings (vestirse y actuar como un hombre), siempre como show, entretenimiento público o personal, porque TODES tenemos derecho a jugar con el género y pasarlo bien.

Pero las personas trans no juegan ni bromean sobre su identidad: es una realidad DIARIA para la persona y por la que sufre toda serie de dificultades.

Mito 2: Trans y transgénero es una moda

La palabra transexual todavía se asocia de manera muy negativa a procesos médicos y patologizaciones, por lo que mucha gente trans prefiere no usarla. Existe gente que considera que transexual es quién se opera y transgénero es quién no, pero es una distinción innecesaria que al final solo provoca que se crea que alguien es más trans que otre.

El sexo es un conjunto de cosas: lo que tienes entre las piernas, tus cromosomas y tus hormonas, entre otras, pero no definen tu género, que es tu rol social y tu identidad. Así con decir trans es suficiente.

Ah, y no es una moda, la visibilidad hace más fácil que se hable, se compartan las vivencias y se conozca mejor a los demás. No hay más personas trans por moda, hay más personas ABIERTAMENTE trans.

Mito 3: Las personas trans viven en el cuerpo equivocado

El cuerpo es el cuerpo (como ya decíamos antes de la ropa), aunque lo entendamos como cuerpo de hombre y cuerpo de mujer; y asociemos genitales y por tanto cromosomas y otras características sexuales.

Las personas trans no tienen porque odiar su cuerpo, pero, por lo general, no sienten conexión con alguna parte de él (lo que se denomina disforia), y por eso quieren realizar cambios en su cuerpo acordes con su género.

Pero no hay cuerpos equivocados ni maneras erróneas de tener un cuerpo, solo existen cuerpos que la sociedad ve normales y cuerpos que, como se salen de la norma, se rechazan. El cuerpo de una mujer trans, con pene o vagina, es el cuerpo de una mujer; y el cuerpo de un hombre trans, con vagina o pene, es un cuerpo de hombre.

Mito 4: Todas las personas trans se hormonan y se operan

Ni todas las personas trans tienen acceso a operarse o a hormonarse, y esto pasa en España, eso de que TODO lo cubre la seguridad social es una gran mentira, ni todas las personas quieren. ¿Por qué? Puede ser que sea porque no quieran arriesgarse a ciertos efectos secundarios de la hormonación, por alergias, porque no pueden económicamente, y esto es muy común ya que hay mucho paro (de mujeres sobre todo) trans, o porque no quieren.

Y nadie es menos trans por no hormonarse u operarse, el problema con nuestros cuerpos e identidades los tiene la sociedad, no nosotres.

Mito 5: No existen los menores trans, les han metido las ideas en la cabeza los padres

Para empezar, el género debería ser algo que deberíamos dejár explorar a los menores, pero, sí, los menores trans existen, son una realidad y tienen los mismos derechos que cualquier niño o niña.

Es decir, tienen derecho a ser tratados como ellos se vean, sientan e identifiquen. No hay padres y madres que quieran hacer creer a sus hijos e hijas que son trans: ser trans a día de hoy supone lidiar con una cantidad de discriminación y odio constante y ningún padre o madre elegiría si pudiera, ni ninguna persona trans.

Mito 6: Transitar es para ganar privilegios o inmiscuirse en el feminismo y espacios de mujeres

A los hombres trans se les acusa de hacerlo para ganar privilegios; lo cual puede real, ser un hombre te da privilegios, sobre todo si eres blanco y no te falta dinero, pero se sigue lidiando con transfobia social e institucional (cambio de nombre en DNI y otros documentos…).

¿Pero las mujeres trans lo hacen para meterse en espacio de mujeres (cis) y en el feminismo? Claro, merece mucho la pena ser mujer trans en España para participar en causas y quitar espacios a mujeres cis a costa de ser insultada, vejada y en muchos casos asesinada, como ha pasado este mismo año en Valladolid.

Porque hasta hace nada aún era un atenuante matar a una mujer trans porque no sabías que era trans; además de que la transexualidad es ilegal en muchos países del mundo.

Mito 7: Se les nota que son trans

¿No hay mujeres cis con vello facial o corporal, o niveles algo altos de testosterona?. ¿No existen mujeres altas, con mentones afilados o musculadas? ¿No existen hombres cis bajitos, con caderas, lampiños?

Las personas trans son tan diversas como las personas cis, y algunas tienen más passing (pasan en sociedad por personas cis) porque tienen rasgos asociados a su género, ya sea naturalmente o por hormonas, pero no invalida la identidad de la persona.

Dejemos de asumir el género de las personas por sus características físicas, porque, estadísticamente, vamos a fallar más de lo creemos.

Mito 8: Las personas trans tienen un problema psicológico, por eso también tienen ansiedad, depresión…

¿Por qué las personas LGTBIQ tienen tantos problemas de ansiedad, depresión…? Es algo común en esta comunidad y, sobre todo en las personas trans, pero si lo pensamos, se trata de un grupo de gente enorme, con muchísima variedad e interseccionalidades (color de piel, origen, etc.), unides realmente por una razón: su orientación de género o su género.

Quién sabe, igual se ha observado que las minorías y grupos discriminados tienden a sufrir estrés de minorías, o estrés post traumático debido a homofobia o transfobia interiorizada, abusos verbales o físicos del entorno, solo por ser quienes son y pertenecer a un grupo que se sale de lo que otro grupo con más poder dice es la norma.

El problema psicológico no lo tienen las personas trans, sino la sociedad.

Mito 9: Las personas trans refuerzan los estereotipos de género

Imagina que te vas a vivir a un pueblo al norte de China. Una zona donde nadie habla nada de español ni inglés, y tu no sabes nada, pero NADA de chino y, mucho menos, el dialecto de la zona. Pero tienes que vivir allí el resto de tu vida. Lo lógico sería que aprendieses el idioma de la zona para integrarte y poder vivir al menos tranquilamente, ¿no?

Bien, esto mismo sucede con las personas trans en sociedad. Salen socialmente del armario, dicen que son trans y que quieren que les traten como tal. Pero la sociedad por lo general o hace caso omiso o les dice lo de es que no pareces un hombre, o no pareces una mujer.

¿Qué hacen? Apuntarse al gimnasio, si quieren las hormonas las toman, cambian su cuerpo y su forma de vestir. Y es posible que, en muchos casos, lo exageren, porque están cansades de que todos los días de su vida les miren mal personas en el metro porque no saben en que caja meterles a simple vista, si en la azul o la rosa. Así que se pintan de azul, o de rosa, para que quede bien claro en qué caja deben estar; y puedan conseguir pasar de esa sensación y que la gente aprenda que son algo más que TRANS.

No refuerzan los roles de género, se someten a ellos, en muchos casos puede parecer incluso que con poca cabeza porque tienen algo más importante de lo que preocuparte: SOBREVIVIR. 

Mito 10: Las personas trans son todas homosexuales

El género y el sexo son cosas diferentes, la atracción o el deseo no parte de quienes somos, sino de a quién queremos. Aunque nos quieran hacer creer que por tener vagina somos mujeres y nos tienen que gustar los hombres, que tienen pene; y que si tenemos pene somos hombres y nos tienen que gustar las mujeres, que tienen vagina; cuando salimos a la calle, al trabajo, a la universidad o a una discoteca, no sabemos cuáles son los genitales de la persona que nos atrae. Solo sabemos que eso, que nos atrae.

Y de la misma manera que existen personas cis que son gays, lesbianas, bisexuales o heterosexuales, una persona trans puede ser hetero, gay, lesbiana o bi.

Y para terminar, os dejamos este vídeo de Elsa Ruíz, que también desmonta mitos: