¡ V E R A N O !
Estamos de lleno en el verano, uno atípico, extraño, “distante”, pero no tiene porqué ser un mal momento para seguir conociendo nuestro cuerpo y navegar en nuestra erótica. Hoy hablaremos de la erótica y las mujeres.
Primero definamos erótica, no sería como mucha gente piensa la “hermana suave y dulcificada o menos explícita” de la pornografía. Se refiere a nuestra parte como seres sexuados con la cual nos relacionamos sexualmente con otras personas o con nosotras mismas. Es decir, lo que hacemos. No hacemos sexo, o tenemos sexo con alguien, SOMOS sexo. Esto no significa que todo el mundo tenga el mismo deseo, de hecho, el deseo sexual fluctúa con el tiempo. Hay épocas que puedes estar “a mil” todo el rato, y épocas que no quieres que te roce el aire… Todo está bien, a no ser que venga acompañado de algún problema más grave de fondo (fisiológico, psicológico, etc).
Hay tantas formas de ser mujer, como mujeres hay en el mundo, y no podemos hablar de una única erótica, pero es cierto, que muchas mujeres aún no conocen su cuerpo, sus deseos, sus ganas, sus límites… De hecho hemos pasado a que no se hable de la sexualidad de las mujeres, a tener que ser hipersexuales, con “mesura” para no ser unas guarras, pero sin serlo muy poco para no ser unas estrechas. Todo mal. La mujer debe verse como una persona que no solo puede ser deseada por otres, sino que puede ser deseante, o no serlo en absoluto, por ejemplo, en las mujeres asexuales (hay todo un espectro dentro de la asexualidad, pero nos referimos en este caso a las que no sienten atracción o deseo por otras personas). Por todo esto, hoy vamos a intentar dar algunos tips para empezar a conocernos mejor, para querernos más y poder satisfacernos más a gusto, eróticamente hablando, con menos cargas morales, o presiones.
Photo vía Scopio by: (1) Birgith Roosipuu; (2) Bruna Rodríguez Torralba; (3) Viktor Cicko; (4) Maro Emuoboh
¿CÓMO PODEMOS CONOCERNOS MEJOR?
Una opción es mirarnos, explorar nuestros rincones de piel con varios espejos (un espejo de cuerpo entero y un espejito de mano pueden hacer milagros, de dejarnos ver recovecos que solo conocían otras personas, o que nadie conoce). Contempla tu espalda, tus muslos por ambos lados, tu cuello, tus perfiles, tus genitales, tu perineo (la zona entre la vulva/testículos y el ano), tus glúteos, tu culo! Si en este momento estás pasando por estado de disforia, o te genera ansiedad, no te fuerces, céntrate en otras recomendaciones. Pero si me estás leyendo, no quiero seguir sin recordarte que eres perfecta como eres.
Photo vía Scopio by: (1) Gilecia Dias; (2) Vladimir Alykov; (3) Silvia Gómez Pérez
Podemos seguir la exploración en la ducha, a la hora de enjabonarte (recuerda cerrar el grifo para ahorrar agua) prueba a hacerlo con tu mano y un gel suave. Si eres de las que les gustan las manoplas o las esponjas exfoliantes, o cualquier otro elemento, puedes darte una segunda “pasada” después, esto no es tanto para limpiar nuestro cuerpo, sino para explorarlo. Así que tómate tu tiempo: empieza por los pies, los dedos, el espacio entre ellos, los tobillos, las piernas, rodillas, caderas, genitales, barriga, espalda (cada una a dónde llegue), la cara interna de los codos, los pezones, el cuello, ah! ¡no olvides las orejas! Sus lóbulos, sus cartílagos, su parte posterior… la nuca, la cara, el cuero cabelludo… Re-descubre cada rincón, sin juzgarlo, como viéndolo/sintiéndolo por primera vez. Puede que descubras caricias muy placenteras en zonas totalmente alejadas de la genitalidad o los pechos/pezones.
Photo vía Scopio by: (1) Elijah Sánchez; (2) Tarran Goodwin; (3) Hamza Tokmic
Una vez vayas a salir de la ducha, permítete unos 15/20 segundos de autocaricia de las gotitas de agua. ¿Cómo? Cierra el grifo, y sin salir de la ducha/bañera ponte de pie en una posición que estés cómoda, relaja el cuerpo, cierra los ojos, y concéntrate en seguir el camino de las gotas de agua que van cayendo. Al principio irán muy rápido, pero luego comienzan a caer más separadas, espéralas. Esas “caricias” pueden ser muy sanadoras, a ellas no les importa si pasan sobre un lunar, un michelín, un hueso marcado, arrugas, piel flácida, músculos, celulitis, estrías, cicatrices, pelos corporales o un grano… simplemente pasan, sin juzgarnos, recordándonos que tenemos un cuerpo y que eso es maravilloso.
¿TIENES TIEMPO LIBRE?
Si te apetece puedes dedicarte una sesión de Amor propio (guiño, guiño, codo, codo). Prepáralo como una cita, porque lo es, contigo, la persona que va a estar ahí el resto de tu vida. Ponte ropa que te haga sentir lo sexy y bella que eres, o prepara todo para algún juego de roles… no tienes porqué reservar tus disfraces eróticos para tus parejas sexuales. Habitualmente llegamos a 2/3 prácticas que nos funcionan y no salimos de ahí. Prueba a cambiar la postura, si sueles estar tumbada, prueba sentada, o de pie, o boca abajo, etc. hay infinidad de pequeños detalles que pueden hacer que cambie todo. El autoerotismo o masturbación puede ser una buena manera de cuidar tu salud sexual, de conocer tus ritmos (diferentes, diversos, como nosotras), tus eyaculaciones, si es que ocurren (ya tengas vulva o pene), de si hay cambios porque estés en tratamiento hormonal, etc. Este placer puede hasta rebajar dolores! Como el de cabeza, o el de regla para las que menstrúen. ¡Por cierto! Que dediques tiempo al autoerotismo no significa que tu pareja no te da lo que necesitas… Por favor! Descartemos ya esa idea de nuestra mente y nuestras vidas. Puede ser que te apetezca y no tengas ganas de todo el proceso de compartir una experiencia erótica con otra u otras personas, sino contigo misma. Esto es perfectamente saludable, habitual y lícito por supuesto. Si tu pareja te dice lo contrario ¡huye! (es broma, o no… 😉 pero desde luego sí hace falta que esa persona se informe un poco mejor).
Photo vía Scopio by: (1) Joaquín Vallejo; (2) Alysia Turchin
Y qué decir del cerebro? Es nuestro mayor órgano erótico! Qué podemos hacer con nuestro imaginario erótico? Piensa unos momentos, ¿cuántas fantasías tienes ahora en tu carpeta mental de fantasías sexuales? ¿1, 3, 17? ¡Caben muchas más! Y en la mente es en el único sitio que podemos ser libres 100%, las fantasías* no tienen consecuencias morales, legales, de seguridad… Por ejemplo, una sencillita, imaginar que estás con alguien que no es tu pareja, es una que muchas usan, pero luego se sienten mal. No es una infidelidad. Es simplemente una parte más de tu erótica y por tanto de tus morbos y placeres. O por ejemplo, si eres lesbiana, y fantaseas con un hombre, eso no quiere decir que estés confusa con tu orientación, o que quieras tener algo con uno. Muchas veces, de hecho, lo que nos enciende mentalmente es algo que nunca, jamás, haríamos en la vida real. Y esto es algo que pasa a muchas personas, no solo a muchas mujeres.
Por otra parte, hay cada vez más mujeres trabajando en pornografía ética, puedes probar a investigar también por ahí. Os dejamos algunas para empezar:
*NOTA: No confundamos fantasías sexuales con deseos. Los deseos sexuales serían los que nos gustaría llevar a la realidad, y en ese caso obviamente ya si que hay que contemplar unos límites/consecuencias. Igualmente si la persona o personas con quienes tengas la ocasión de poder cumplir esos deseos, son adultas, arden en deseos de compartirlos contigo y están presentes el deseo, la decisión de todes, el consentimiento y los cuidados mutuos, ¡pues genial!
Photo Javier Malo para Apoyo Positivo
Nuestro cuerpo y placeres pueden ir cambiando a lo largo de los años, pero eso no significa que sea peor, es simplemente eso, diferente. Esto puede ser un regalo, porque no dejamos de descubrir(nos) y aprender de nosotras mismas. Que vayas cumpliendo años no te hace menos “deseante”. El edadismo de nuestra sociedad es violento, dañino y absurdo, porque de quienes lo defienden, muches acabarán cumpliendo años, y probarán su propia medicina. Nuestra erótica no tiene fecha de caducidad, y de hecho, muchas mujeres declaran empezar a disfrutar su erótica en su madurez. Puede ser por ir dejando tabúes a un lado por experiencias vitales, puede ser porque se separen de una pareja tóxica que no les permitía ser quien eran, etc, etc.
Photo vía Scopio by: (1) Michele Naideck; (2) Alexa Martínez; (3) Lisa Kirkeberg
Cuanto más te conozcas, te aceptes, te “desees”, más satisfactorios serán los encuentros en los que compartas esos momentos con otras personas.
Sin más “te deseamos” un feliz verano. 😉
¡Cuídate y quiérete mucho!