El éxito clínico del tratamiento antirretroviral, respecto a la esperanza de vida de las personas con VIH, es un hecho.
La toma de TAR permite una calidad de vida similar a la de una persona sin VIH, pero requiere un seguimiento y control, como infección y tratamiento crónico, ya que se asocian factores de envejecimiento y comorbilidades a largo plazo, así como interacciones, en algunos casos y perfiles de personas, que se evalúan a la hora de prescribir un tratamiento, u otro, de las diferentes opciones actuales.
Sin embargo, como hemos comentado en otros artículos de este blog, y atesoran diferentes estudios, aunque ahora los efectos secundarios sean muy escasos, o nulos, no fue así en épocas anteriores al TARGA (Tratamiento Antirretroviral de Gran Actividad), lo que conlleva una serie de necesidades específicas en personas con VIH desde hace muchos años.
En la actualidad, las líneas de investigación, relacionadas con la toma prolongada de TAR, van encaminadas, en cualquier caso, a relacionar un envejecimiento prematuro con el impacto del virus, a largo plazo, sobre el organismo.
Siguiendo la línea de un programa clásico de nuestra entidad, como era el Proyecto de Atención Social y Domiciliaria a personas con VIH / sida, dentro de todo el grupo de personas con VIH que atendemos, en el año 2010 empezamos a poner el foco en la atención a personas mayores con VIH, les «superVIHvientes», de esa primera parte de una pandemia completamente diferente a la actual.
Algunas de esas personas nos acompañan desde nuestros inicios, hace más de 25 años, y a lo largo de estos años sus necesidades han cambiado y hemos tenido que adaptarnos a ellas y saber darles respuesta.
En noviembre de 2015, el grupo de expertos de la Secretaria del Plan Nacional sobre el sida (SPNS) y la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), publicaron el Documento de consenso sobre edad avanzada e infección por el virus de la inmunodeficiencia humana.
Según la evidencia científica de ese envejecimiento prematuro del que hablábamos al comienzo del artículo, en este documento se define de edad avanzada a personas con edad igual o mayor a 50 años, y paciente mayor si la edad es igual o mayor a 65 años. Aunque este punto de corte aumentaría en próximos años, pues las características de la población y la respuesta terapéutica es diferente.
( Lazarus JV, Nielsen KK. HIV and people over 50 years old in Europe. HIV Med. 2010; 11:479-81.)
Este es un documento dirigido a profesionales de la salud que orientan su práctica clínica en el ámbito del VIH, con el objetivo de aportar información práctica, relativo a los principales cuadros y síndromes clínicos que se producen en los pacientes con infección por el VIH. Recomendamos su lectura tanto de este texto como de otras guías dirigidas a población general y personas que viven con VIH, dedicadas a la promoción de la salud de personas en edad avanzada.
Nos gustaría destacar la serie de recomendaciones que podemos encontrar en este documento al finalizar cada capítulo; en concreto, las del capítulo 10, referido a la calidad de vida y aspectos psicosociales en las personas que envejecen con VIH:
1. El envejecimiento supone un importante reto emocional para las personas con el VIH debido a que acentúa aspectos como el aislamiento social, el estigma y los síntomas depresivos.
2. Rasgos psicológicos como la resiliencia, el optimismo y el sentido de control se relacionan con un envejecimiento saludable.
3. Las intervenciones basadas en la promoción de estrategias de afrontamiento y en el uso de programas de atención/conciencia plena mejoran la calidad de vida y el estado emocional de las personas que envejecen con el VIH.
Y es en nuestro programa Calidad de VIHda, adaptación de esa Atención Social y Domiciliaria al VIH / sida, que desde sus inicios en 1993 atiende a las personas de la asociación en la promoción y asistencia de la salud, en el que hemos incorporado actividades para mejorar la calidad de vida y bienestar de las personas que se hacen mayores y para promocionar una mayor autonomía personal y resiliencia en ellas, más allá del fármaco.
En este programa abordamos de forma multidisciplinar los problemas del envejecimiento y el VIH, con actividades individuales y grupales como terapia psicológica individual, de pareja o familiar, estimulación cognitiva en talleres de entrenamiento de la memoria, mindfulness, relajación y técnicas para enfrentar el estrés y la ansiedad, fisioterapia, yoga, grupos de autoapoyo, actividades de ocio, charlas médicas…
Todas las actividades están dirigidas y coinciden con las orientaciones de las guías profesionales para tratar ese déficit que, ya sea por el proceso normal de envejecimiento o por las consecuencias emocionales que en ocasiones conlleva un diagnóstico de VIH, es importante gestionar para conseguir un envejecimiento saludable y un bienestar bio-psico-social.
Nuestro programa continúa en marcha, a pesar de la situación provocada por la COVID-19, y nos hemos adaptado para poder realizar todas las intervenciones de forma telemática. Por ello, ¡os traemos una nueva propuesta desde Calidad de VIHda!
Si eres mayor de 50 años y tienes VIH, te invitamos a nuestro grupo de autoapoyo y a las próximas actividades que vamos a poner en marcha.
Si tienes alguna duda o quieres formar parte, puedes escribirnos a psicosocial2@apoyopositivo.org.
No se trata de edad, se trata de un #MAYORCUIDADO.
Pic. vía scopio by: Harder Antivar