En las últimas tres décadas, hemos vivido una revolución tecnológica sin precedentes, que ha transformado por completo el modo en el que los seres humanos nos relacionamos los unos con los otros. La llegada de nuevas tecnologías ha modificado aspectos sociales y económicos, hasta el punto de ser parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, concretamente el objetivo número nueve, que insta a los gobiernos a desarrollar infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación.
Aún recordamos cuando íbamos a tocar a la puerta de una amiga para preguntar si podía salir a jugar, montábamos en bici para ir a la cabina telefónica a realizar una llamada o cuando conocíamos a alguien mientras estábamos de fiesta el fin de semana, intercambiábamos los números de teléfono y esperábamos impacientes varios días, a que llegase un jeroglífico de 160 consonantes, y algunas vocales, que revolucionaran ese mariposario que guardábamos en el estómago.
Hace menos de 50 años, lo más común era que la gente conociera a sus potenciales compañeros de vida en las fiestas del barrio, o en la discoteca del pueblo, y se casara con alguien de su misma localidad, incluso de su mismo grupo de amigos. La tendencia general era la de tener muy pocas parejas y experiencias previas al matrimonio, tener hijos desde muy joven y que tu vida siguiera, desde ahí, sin muchos cambios en lo que a la vida amorosa respecta.
Hoy en día esto ha cambiado bastante para la mayoría de las personas. La forma en que ligamos ha evolucionado, a la vez que lo ha hecho la sociedad y, por lo general, ya no nos conformamos con el primer amor. Ahora exploramos distintas relaciones, conocemos gente de distintas ciudades, países e incluso continentes, enriqueciendo así nuestro bagaje cultural y mezclándonos unos con otros creando una sociedad más experimentada y diversa. Cada vez estamos más abiertos a vivir nuevas experiencias, conocer gente nueva y disfrutar de nuestra sexualidad de forma más sana y abierta.
Esto es maravilloso y ha sido posible en parte gracias al avance de las comunicaciones y la tecnología.
Tras varias herramientas de comunicación a distancia llegaron los Smartphone, o teléfonos inteligentes, las aplicaciones tipo WhatsApp y poco después las aplicaciones para ligar tipo Tinder, Badoo, Wapa o Grindr. En estas aplicaciones puedes ver, en cualquier instante, el perfil de quienes están en tú zona y contactarles con facilidad, bien sea para tomar algo, charlar o pasar un rato de diversión. De algún modo el salir a relacionarse y/o ligar, ¡incluso el cruising!, se ha ido trasladando a un espacio privado y personal, sin lugares públicos de por medio, lo que hace que, esas formas previas de crear lazos, comiencen a tambalearse y surjan diferentes situaciones a manejar para que no desemboquen en algo problemático.
La sociedad, nuestros comportamientos y comunicación evolucionan por lo que, de algún modo, tenemos que desarrollar estrategias adaptativas para que, esta revolución digital y tecnológica no suponga una brecha en materia emocional y de relaciones personales y eróticas.
Algo complejo, porque en lo relativo a emociones y sexualidad, la brecha es más que digital, y ¡lleva varios siglos de retraso!
Por un lado, no es oro todo lo que reluce, como dice el refrán. El uso de este tipo de aplicaciones puede producir dependencia, detrimento de las habilidades de relaciones sociales, aislamiento, baja autoestima, depresión y ansiedad, según varios estudios realizados recientemente, o favorecer fenómenos multifactoriales como el chemsex, donde las apps juegan un papel trascendental para esas prácticas sexuales con uso de drogas, ya que facilitan el acceso esas sustancias y a los contactos con los que practicarlo. Sin embargo, son esas apps algunos de los mejores lugares, para la prevención en salud sexual, como antes había que hacerlo en los bares, en los barrios, en el propio cruising, o pueden servir como herramientas para el manejo de algunos de estos aspectos, como en el caso de apps para la mejora de la depresión o de nuestra aplicación PrEParadxs, para el control de la salud sexual, el chemsex y la PrEP, que ha sido validada por los usuarios como un método efectivo de gestión.
Los seres humanos somos animales sociales y buscamos aceptación por parte de los demás. Esto ocurre también a través de las redes sociales. Cuando intentas ligar con una persona, que ésta no responda tus mensajes, que te rechace o incluso exprese críticas negativas, o delitos de odio, hacia tu persona, escondiéndose tras un perfil, en ocasiones falso, puede enfadarte, hacerte sentir triste o mermar tú autoestima, pudiendo llegar a producir ansiedad o incluso estados depresivos. Algunas de estas actitudes son muy gravosas, llegando a suponer un acoso o vulnerando el derecho a la intimidad de las personas, cuando se comparte material o información sensible, y constituyendo un delito denunciable. En algunos casos, como el de personas con VIH, puede suponer una exposición compleja y un motivo de estigma y rechazo mucho mayor que en el cara a cara. Los estigmas, ante lo impersonal de estos espacios, se potencian y debemos prestar atención a esos comportamientos, incluso en nosotros mismos, ya que no somos conscientes de la situación de la persona que hay al otro lado de ese perfil.
Por otro lado, la alta variedad de potenciales parejas amorosas o sexuales conlleva situaciones como una mayor exposición a una infección de transmisión sexual o una posible disminución del interés en mantener una pareja concreta durante un periodo prologando de tiempo, ya que puede producir la sensación de que “siempre puedes encontrar algo mejor en cualquier momento”. Esto, junto con la baja percepción de aceptación social en el contexto de las aplicaciones para ligar, puede llegar a crear bastante confusión y malestar, además de potenciar muchas inseguridades ya que el modelo previo de encontrar pareja, en teoría en monogamia y basado en el amor romántico, sigue vigente.
Otra cosa importante para tener en cuenta es la dependencia. Este tipo de aplicaciones puede llegar a producir conductas de comprobación compulsiva por un mecanismo similar al de las máquinas tragaperras llamado refuerzo intermitente. La sensación de flirteo y conquista nos produce un “subidón” que nos hace sentirnos ilusionados y puede engañar mucho. A veces obtenemos recompensa, otras veces no, así que seguimos consultando la aplicación como si de la palanca de la tragaperras se tratase esperando que nuestra recompensa llegue en cualquier momento generando así una gran cantidad de tiempo invertido en comprobaciones continuadas y conversaciones que no llegan a nada, dejando de invertir ese tiempo en otros asuntos personales, sociales, profesionales, etc.
En definitiva, es importante saber qué estamos buscando en cada momento y el medio que usamos para encontrarlo y ser conscientes de las posibles consecuencias de las herramientas que usamos para tal fin. Para ello, una buena forma de empezar es une misme. Nuestra autoestima, el respeto por quien somos, nos facilitará el entender lo que queremos, y conocer como es el mundo, incluido el de las tecnologías y las relaciones personales y sexuales, previniendo algunas de las complicaciones que os hemos acercado.
Siempre que nos comuniquemos con alguien a través de un perfil en este tipo de aplicaciones debemos recordar que hablamos con una persona, que esta persona tiene sentimientos igual que nosotros por lo que debemos ser amables y asertivos.
Y no te olvides de que una mirada, el roce de una mano o el olor de una persona puede despertar sensaciones que una luz blanca y una pantalla de cristal nunca podrán.
Todos estos contenidos y herramientas para mejorar nuestras relaciones sexuales y emocionales a través de las aplicaciones, o a pesar de ellas, se desarrollarán en el próximo taller que hemos preparado desde Apoyo Positivo Málaga con el mismo nombre “LIGAR EN TIEMPOS DE GRINDR” y que se realizará el próximo sábado 23 de noviembre, en La Nuit, Torremolinos, en el marco de la Semana Europea de la Prueba del VIH y la Hepatitis 2019. Y ¡muy pronto en Madrid!
Si quieres consultarnos alguna duda al respecto del uso de las aplicaciones o de los aspectos tratados, puedes contactar con nuestro equipo de Sexología en educacion@apoyopositivo.org