Los pasados días 3 y 4 de diciembre se celebró, en San Francisco, la primera reunión nacional estadounidense sobre la PrEP, el National HIV PrEP Summit, que congregó en el centro de la ciudad de California a más de 600 activistas de todo el país, y de otras regiones del mundo, invitados a participar en dicho encuentro.
Quizá en España, donde todavía andamos enzarzados en explicarnos qué es la PrEP, y divagando sobre los fantasmas prehistóricos de este método preventivo y revolucionario (como han sido los efectos secundarios, la mano negra de la industria farmacéutica o su efectividad. ¡Como si hiciese falta más evidencia científica!), no nos parezca relevante un encuentro de este tipo, pero para nuestra entidad es clave, y ha sido un privilegio y oportunidad formar parte del mismo a través del Grupo Europeo de Tratamientos del VIH / sida (EATG) del que somos miembro.
Para ponernos en situación, y para todos los neófitos, la Profilaxis Pre-Exposición (#PrEP) es la pastilla preventiva del VIH. Si, como suena y se lee.
¿De verdad se puede prevenir la infección por el VIH con una pastilla?
Aunque no se le esté dando la importancia necesaria, el uso de Truvada®, uno de los tratamientos antirretrovirales disponibles en el mercado para la infección por el VIH, también la previene, y de forma altamente efectiva. Ya os lo contamos en anteriores posts.
La PrEP es eficaz y segura, y surge del movimiento comunitario, y la observación de la realidad de las personas que viven con el VIH. De la evidencia comunitaria se pasó a la científica, no sin antes solventar grandes problemas de apoyo institucional y económico. Las “putas del Truvada” entraron en seguida en escena y, con ellas, se repitieron patrones discriminatorios previos ante los avances en prevención, ¿a nadie le suena lo de llamar “puta” a la mujer que llevaba preservativos en el bolso? ¿O a las personas que comenzaban a utilizar otros métodos anticonceptivos de carácter biomédico? El lobby normativo y moralista volvía a lanzar sus garras sobre la libertad sexual de las personas, en especial hacia colectivos históricamente apartados, que lo único que hacían era cuidar su salud sexual de una forma más efectiva, responsable y segura que el resto de la población, a la que no se le fiscaliza su sexualidad por ser diversa, lo que no les exime de tener el mismo tipo de prácticas.
No debemos utilizar el tratamiento de determinadas enfermedades como una medida de control conductual
Rodearte de más de 600 personas, la mayoría de ellas usuarios activos de PrEP o distribuidores, que trabajan día a día implementando este método preventivo, hace que el valor de este tratamiento coja aún más fuerza y sentido, en especial cuando observas una implicación absoluta por los diferentes grupos más afectados por la epidemia del VIH: personas trans, mujeres, inmigrantes y por supuesto, el general del colectivo gay o de hombres que tienen sexo con hombres.
Y decimos coge más peso como herramienta revolucionaria de prevención porque, siendo un movimiento comunitario desde sus orígenes, es en EE. UU. donde se ve esa implicación absoluta de la comunidad, algo que dista años luz de la posición que tienen los colectivos LGTBI más longevos y reconocidos de nuestro país, enredados en lucha de poderes y el “pink-washing”, y cada vez más alejados de la realidad y necesidades de las personas que formamos parte del, mal llamado ya, “colectivo LGTBI”. ¿Colectivo? #NoComments
Dos días de debates y conversaciones, en su mayoría, sobre las barreras a las que se enfrentan a diario en EE. UU. para garantizar el acceso a este método preventivo de la infección, y que se sitúan principalmente en la moralidad y los “peros”, y pegas, que los especialistas médicos ponen a un acceso legal a esta pastilla, así como su cobertura económica. Sin embargo, también se presentaron números y conclusiones, y la PrEP no sólo es un método efectivo a nivel sanitario, y la alternativa más poderosa para acabar en un plazo corto con la epidemia del VIH, sino que la pastilla preventiva del virus supone algo más.
La PrEP es un vehículo para ser la persona sexual que quieres ser. Pasemos de pensar en candidatos idóneos para la PrEP y empecemos a hablar de personas que eligen la PrEP como método preventivo adecuado a sus características, y el modo en el que quieren vivir su sexualidad.
Reduce la ansiedad ante el VIH y el pánico que a diario viven muchas personas de los colectivos con mayor prevalencia, que les frena y limita, en muchos casos, un desarrollo sexual y personal adecuado.
Ayuda a reducir el estigma hacia el VIH. Las personas que acceden a la PrEP tendrán un mayor conocimiento del virus, pero también de la realidad diaria de las personas que viven con él, reduciendo los miedos basados en desinformación y la discriminación.
Nos ayuda a ampliar y mejorar el asesoramiento en salud sexual. Una persona que acude periódicamente al servicio médico para conseguir la pastilla y pasar los trámites y chequeos necesarios (pruebas del VIH y otras ITG), es una persona más formada y con mayor conocimiento de sus prácticas y, por lo tanto, contamos con un mayor espacio para el asesoramiento que cuando lo realizamos durante la prueba diagnóstica, un momento en el que la persona, en muchas ocasiones, no está receptiva, o en el que el counseling ya no es necesario.
La PrEP es un asunto de justicia social y derechos humanos, y una forma de transformación social que permite visibilizar la realidad de las relaciones sexuales. A diario, nuestro sistema de salud medicaliza a la población, incluso con medicamentos sin utilidad clínica, debido a muchas enfermedades y, de igual forma, para prevenir situaciones médicas (recordamos: pastilla anticonceptiva, metadona, profilaxis post-exposición del VIH, profilaxis madre-hijo en VIH, pastillas para el colesterol, etc.). ¿Por qué tanto prejuicio y freno en el caso de un método tan necesario y potente?
Mucha de esta información fue parte del contenido de la sesión de cierre “It’s time to stop being a target and become a priority” (“Es hora de dejar de ser un grupo objetivo y convertirse en una prioridad”), de manos de Sarit A. Gloub, doctora del Hunter College en Nueva York, que cerró con una de las ovaciones más sonoras y emocionantes que hemos vivido en los últimos años en área del VIH.
Sarit llama a un cambio en el prisma de intervención en salud sexual, a dejar de hablar de personas con prácticas de alto riesgo para la infección por el VIH, ya que, en muchos casos, las personas que se podrían beneficiar de nuestros servicios, no se sienten como personas con “conductas de alto riesgo”. Calificar a todo sexo sin condón como «de alto riesgo» patologiza, para la doctora, la sexualidad saludable, ese control y evaluación tradicional del riesgo lo considera perjudicial e innecesario. Preguntar en las consultas médicas por diferentes y específicos datos (número de parejas, numero de ITS, número de veces de sexo anal desprotegido,…), aleja al profesional de las preocupaciones y desconocimientos de la persona, o de su propia percepción de riesgo, y no ayuda a que el paciente haga una reflexión sobre el mismo.
Los profesionales sanitarios son conscientes en EE. UU. que el uso de la PrEP está reduciendo el uso del preservativo, y que su implementación también nos lleva a una mayor detección, que no aumento directamente relacionado, de otras infecciones, pero como dijo Sarit, ¡Me importa una mierda!, si esto significa afrontar por primera vez la salud sexual como algo prioritario en la salud pública. No podemos ni debemos utilizar el control y tratamiento de otras enfermedades como una medida de control de la conducta sexual de la población.
Si me juzgas, si me consideras algo malo por mis deseos sexuales, probablemente no quiera volver a tu servicio
La comunidad americana vive una luna de miel con los excelentes resultados que la PrEP está dando en sus ciudades. Pero no es un caso único. En países, donde aún no es legal el acceso, como Inglaterra, estudios recientes demuestran una reducción de las nuevas transmisiones gracias a la “PrEP salvaje” que están monitorizando los programas desde las ONG y entornos comunitarios como el 56 Dean Street.
¿A qué se está esperando en España cuando lideramos el ranking de nuevas infecciones de la Unión Europea?
Estamos dejando que nuestra población, nuestros jóvenes, en especial del colectivo LGTBI, compren medicamentos a laboratorios extranjeros, de manera ilegal, o en el mercado negro para protegerse y sentirse seguros ante algo que no debería nunca enfocarse como de riesgo y negativo: nuestra erótica y sexualidad. O usen medicación de amigos o pasen por los servicios de urgencia y pidan la PEP para usarla como PrEP.
Así es, la PrEP ya está en España, pero mientras el Ministerio de Sanidad mira de soslayo, como siempre, la comunidad se mueve antes de perjudicar su salud. Y no sólo la comunidad, desde Apoyo Positivo tenemos conocimiento y seguimiento de casos en los que médicos de la sanidad pública están dando Truvada®, a través de la Seguridad Social, a parejas de personas que viven con el VIH, sin protocolos y sin un acceso universal que garantice la pastilla no sólo a la persona que lo necesite, fuera del marco normativo de tener una pareja. La PrEP debe ser accesible para cualquier persona que quiera tomar las riendas de su sexualidad y vivirla según desee y con quien desee.
¿Alguna vez te han preguntado en un recurso de salud sexual qué tipo de sexo es el que te gustaría tener?
¡Necesitamos la PrEP YA! Firma, difunde, pregunta. Sólo con vuestro apoyo podremos acelerar el fin de la epidemia en España.
Si quieres unirte a nuestras campañas de acceso precoz a la PrEP, puedes escribirnos a info@apoyopositivo.org o firmar la petición que tenemos activa en Change.org a través de la Plataforma de Gais contra el VIH.