La importancia de los referentes

¿Tiene referentes adecuados una persona con VIH para enfrentarse a su situación de diagnóstico o de estigma? Alberto Tarriño Lozano, psicólogo especializado en atender a personas con VIH, nos explica por qué la falta de referentes positivos de personas seropositivas del VIH ahonda en la desorientación tras el diagnóstico, de tal manera que la búsqueda y encuentro de referentes debe ser un recurso esencial hacia el empoderamiento.

Los humanos y otros muchos animales vivimos en contextos y sociedades con una estructura jerárquica, en la cual se suelen encontrar líderes que nos guían, ya sea a nivel político, espiritual, y cultural. Aquél que se convierte en referente, sobresale y constituye un símbolo dentro de su grupo.

Desde niños necesitamos tener referentes; es una cuestión de seguridad: nacemos desprotegidos y necesitamos sentir que va a haber alguien ahí que nos cuide, nos alimente y nos proteja de los peligros. Saber que el referente está ahí nos aporta tranquilidad. Si no sintiéramos esa seguridad, viviríamos en una constante situación de estrés, y centraríamos todos nuestros recursos simplemente en sobrevivir, lo que impediría que tuviéramos un desarrollo integral.

La falta de referentes positivos de personas seropositivas del VIH ahonda en la desorientación tras el diagnóstico

Un niño necesita jugar, descansar y sobre todo aprender de otros, siendo la base de ese aprendizaje la imitación. En el momento de la infancia, nuestros padres son los referentes que debemos imitar para aprender a caminar, a comer, a hablar y a interactuar con otros seres vivos y los objetos. Fuera del ámbito familiar, siendo adolescentes, buscamos referentes en personajes famosos (músicos, deportistas) o en líderes de la comunidad (instituto, vecindario…).

El proceso de desarrollo es continuo, puesto que nunca terminamos de aprender. En todas las etapas vitales pasamos por momentos de incertidumbre donde debemos aprender algo nuevo. Si no tuviéramos en esos momentos de vulnerabilidad un referente, alguien del que poder aprender, se activaría nuestro sistema de alarma, porque estaríamos en un momento de desasosiego.

Con todo esto… ¿Qué pasa cuando una persona tiene VIH? Un diagnostico positivo de VIH es un momento de incertidumbre vital donde necesitamos a alguien que haya pasado por la misma situación y que nos alumbre en la situación actual y en la que vendrá.  Pero las personas con VIH tienen dificultad en encontrar otros iguales que les cuenten qué es lo que les va a pasar, qué les expliquen estrategias o recursos aprendidos. Sólo el hecho de conocer a otras personas con VIH empoderadas puede implicarles que eviten el encierre en sí mismas.

Cualquier otra enfermedad utiliza referentes que sirven de apoyo a los afectados. Porque es importante que haya personas que hablen a otras iguales de cómo han superado la enfermedad, que expliquen su fortaleza para seguir adelante con sus proyectos.  Pensemos en tantos famosos que enuncian tener cáncer, y cómo lo están superando, o cómo han logrado hacerlo.  

Un diagnostico positivo de VIH es un momento de incertidumbre vital donde necesitamos a alguien que haya pasado por la misma situación y que nos alumbre en la situación actual y en la que vendrá.

Si buscamos personas famosas con VIH podemos encontrarnos con mayor vulnerabilidad e incertidumbre, puesto que éstas pertenecen a contextos no actualizados, donde no había tratamiento antirretroviral o donde éste no era efectivo, y la mayoría de aquéllas se veía más o menos obligada a revelar su enfermedad dado el estrago físico. Apenas hay famosos con VIH en la actualidad, y de surgir llegan los medios de comunicación para asociarlos con el desorden o el engaño (Charlee Seen).

Es necesario que aparezcan referentes con VIH, personas reales que cuenten sus vivencias, que sirvan de modelo para que la persona con VIH aprenda qué le va a pasar realmente, o que descubra cuánto de infundado hay en sus temores. Porque después del diagnóstico la fantasía supera a la realidad, y los miedos hacen crecer historias en nuestra cabeza, que no son reales. Y como el padre  que explica a su hijo que ha tenido una pesadilla que era sólo un sueño, y que el monstruo no existe, la persona con VIH necesita también escuchar que sus proyectos pueden continuar si evita encerrarse en la jaula del estigma interiorizado, y qué mejor manera que a través de alguien que le demuestre en primera persona que puede ser posible una vida feliz viviendo con el VIH.

Ya sea mediante campañas o encuentros presenciales, en Apoyo Positivo trabajamos para que la persona con VIH encuentre mensajes positivos por parte de otros iguales. Ofrecemos un programa de pares (una persona con VIH formada y empoderada acompaña a otras que lo necesiten) en varios hospitales de la Comunidad de Madrid y de Málaga. También organizamos grupos de personas con VIH, así como encuentros para jóvenes que gustan de contribuir a una sociedad diversa e inclusiva. Asimismo, diseñamos y difundimos campañas de sensibilización que sean útiles para personas de cualquier estatus serológico, con mensajes que traten de evitar nuevas transmisiones de VIH pero también que normalicen el hecho de tener VIH o de compartir afectividad, sexo o amor con una persona con el virus.

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Recursos todos ellos que no sólo sirven de soporte a personas con VIH, sino al resto de personas que conforman la sociedad. Porque las personas con VIH que son referentes positivos y son visibles ejemplifican para todas las demás, tengan o no VIH, fortaleza al mismo tiempo que nos van enseñando a descubrir cuánto de infundado e irracional hay en nuestros propios prejuicios y temores. No es poco que nos ayuden a apreciar la potencialidad de la diversidad.

Si quieres más información puedes llamarnos al 913581444 o escribirnos a info@apoyopositivo.org