El pasado 26 de Octubre se celebró el “Día de la visibilidad intersexual”, en el que se revindica la existencia, visibilidad, salud y los derechos de las personas intersexuales.
Es por esto que, desde Apoyo Positivo, y con la intención de contribuir a la visibilidad y bienestar de este colectivo, os traemos un pequeño acercamiento a la intersexualidad y a la realidad de las personas intersexuales.
¿Qué es la intersexualidad?
Cuando hablamos de intersexualidad es importante entender que, en cierta forma, más que a una sola realidad, nos estamos refiriendo a un término “paraguas” que abarca diferentes tipo de situaciones corporales, determinadas por el hecho de que la persona nace con características sexuales que no encajan en la definición típica, o habitual, de lo que se consideran rasgos masculinos o femeninos.
En este sentido, dentro del concepto de intersexualidad caben diferentes situaciones que no encajan en lo masculino o femenino. Esto se produce en diferentes niveles como el hormonal, genital, gonadal y cromosómico.
Como señalan desde Brújula intersexual (https://brujulaintersexual.or), no existiría por tanto un solo tipo de “anatomía intersexual”, por lo que tal vez mejor que hablar de intersexualidad, sería más correcto hablar de diferentes formas de intersexualidad o de intersexualidades.
En este sentido, podemos decir que no todos los síndromes intersexuales son claramente distinguibles a primera vista o en el momento del nacimiento ya que algunos se suelen manifestar, o la persona toma conciencia de ellos, a lo largo de su ciclo vital, como es el caso por ejemplo de los Güevodoce (https://es.wikipedia.org/wiki/G%C3%BCevedoce)
A la hora de acercarnos a las intersexualidades, es importante que lo hagamos desde una perspectiva de diversidad, en este caso de diversidad de corporalidades, y que en ningún caso adoptemos perspectivas patologizantes que entiendan las diferentes intersexualidades como “malformaciones” que hay que corregir u operar.
Insistimos mucho en este aspecto, ya que, por desgracia, históricamente se han tratado este tipo de realidades como algo que había que “corregir”, y no precisamente desde criterios de salud de las personas afectadas, sino más bien desde cierto imperativo de hacer encajar a las personas en lo que se considera un cuerpo normal. Recordemos siempre que el hecho de tener características sexuales “poco habituales”, o diversas, en ningún caso debería concebirse per se como un problema de salud, y que, por tanto, solo deberían realizarse intervenciones quirúrgicas en el caso de que supongan un problema de salud para la persona.
¿Cómo de común es la intersexualidad?
Parece ser que existe cierta controversia o falta de consenso a la hora de estimar la incidencia de la intersexualidad; por una parte, nadie ha realizado una recopilación exhaustiva de datos, y, por otra, al intentar hacer este tipo de estimaciones, se ha tendido siempre a confiar en categorías postuladas por el diagnóstico médico, de forma que se ha negado el hecho de que muchas personas con cuerpos sexualmente intermedios fuesen realmente intersexuales.
De este modo, durante muchos años, se ha realizado una clara infravaloración de la intersexualidad, habiendo apuntado a incidencias de 1 entre 2.000 o de 1 entre 2.500. Estas cifras no tienen en cuenta realidades como el hecho de que existan personas con variantes intersexuales cromosómicas que no son visibles, como es el caso de personas que tienen genotipos XYY o XXY, por ejemplo.
Todo esto nos lleva a la conclusión de que, de cara a tener datos más fiables acerca de la incidencia de los estados intersexuales, no se debería confiar exclusivamente en los criterios médicos existentes (entrevistas e informes médicos), sino que también es necesario incluir pruebas médicas más extensas. A día de hoy, la mayoría de personas que nacen con una “anatomía sexual intermedia” no son reconocidas, ni contabilizadas, como intersexuales.
Si ampliamos la mirada y empezamos a incluir esas condiciones de intersexualidad que no son diagnosticadas como tal, pero que sí que se tratan, como son los casos de clitolomegalia y micropene, por ejemplo, podríamos hablar, siendo conservadores, de que más de 1 de cada 150 personas tendrían cuerpos intersexuales.
Los síndromes más comunes
A continuación, y sin ser excesivamente técnicos, comentaremos algunos de los síndromes más conocidos en los que “…se ha modificado la pauta de sexuación típica produciendo la concurrencia de, en un mismo organismo rasgos masculinos y femeninos.” (Landarroitajauregui, J.).
Síndrome de insensibilidad a los andrógenos (SIA)
Se da en personas que nacen con un genotipo masculino (XY) que presentan resistencia a la acción de los andrógenos. Es un síndrome producido por una mutación en el gen que codifica el receptor de andrógenos, caracterizado por una enorme diversidad de categorías de ellas, que indicamos a continuación:
- SIA completa. Falta total de receptores androgénicos de forma que no es posible la masculinización endocrina y, por ende, todas las estructuras que son susceptibles de sexuación gonadal se ven afectadas (cerebro, genitales internos/externos, músculos, huesos, piel, etc.). Este síndrome suele aparecer en mujeres al llegar a la pubertad. Tienen testículos que producen hormonas masculinas y también tienen estrógenos (menos) que son los responsables de la feminización, ante la falta de receptores andrógenos. No tienen ni ovarios ni útero y no pueden gestar. Son, salvo error, mujeres que se sienten mujeres y que sienten atracción hacia hombres.
- SIA parcial o incompleta. En este caso el diagnóstico se suele realizar bastante temprano, ya que suele aparecer “ambigüedad genital” en el momento del nacimiento con situaciones como micropenes, falta de descenso testicular, hipospadia, etc. En la edad adulta puede provocar infertilidad, y es uno de los síndromes en el que más errores de asignación sexual se producen.
- SIA leve. Los genitales tienen aspecto “masculino”, pero mostrando cierta hipovirilización como un tamaño pequeño del pene y testículos, y por tanto así suelen ser clasificados al nacer. Muchas de estas personas no suelen tener conciencia de ello (o se les diagnostica) hasta que comienzan programas de fertilidad asistida. Suelen ser hombres que sienten atracción por mujeres.
Síndromes cromosómicos y agenesias
- Síndrome de Turner. Caracterizado por la presencia de un solo cromosoma en el par 23, estas personas presentan rasgos como ausencia de ovarios funcionales y de síntomas puberales (menstruación, desarrollo mamario, etc.), baja estatura o piel del cuello arrugada. Salvo error, son mujeres que así son clasificadas al nacer, con aspecto genital femenino y con una identidad sexual femenina.
- Síndrome de Klinefelter. Son personas con una trisomía del par cromosómico 23, es decir, que donde se suelen dar dos cromosomas, se dan 3 (o más). Desarrollan testículos fetales, pero por el efecto de ese doble cromosoma, no funcionan de forma adecuada a nivel endocrino y gamético.
- Síndrome de la deficiencia de 5-alfa reductasa. Son hombres que nacen con genitales femeninos por lo que son clasificados (y educados) como mujeres al tener un genotipo XY. Tienen testículos que suelen aparecer localizados en el abdomen y cuando llegan a la pubertad, se masculinizan y aparecen los caracteres sexuales secundarios (masculinos).
- Hiperplasia adrenal congénita. Se da en personas con genotipo XX que, en el nacimiento, tienen genitales externos femeninos aunque virilizados (con aspecto algo masculino), vagina, útero y trompas completamente normales. En el caso de los hombres parece ser que no les afecta demasiado.
- Agenesia mulleriana. Se trata de personas con genotipo XX, que nacen con ovarios funcionales, pero que no tienen útero, cérvix, trompas ni la parte superior de la vagina. Su característica más llamativa reside en el hecho de no tener genitales internos.
- Disgenesia Gonadal pura XY. Personas con genotipo XY que nacen con genitales externos femeninos y que, en ocasiones, presentan también genitales internos femeninos, aunque no siempre.
- Agenesia de células de Leydig. En las personas que nacen con este síndrome, los testículos no han producido testosterona durante la vida del feto, de forma que, al crecer, los testículos no son funcionales, Son personas con genotipo XY con testículos abdominales que no descendieron, y al nacer presentan genitales femeninos.
Más allá de aspectos teóricos sobre el tema, desde Apoyo Positivo pensamos que es importante visibilizar los testimonios de cualquier colectivo, y más si cabe en el caso de un colectivo que ha sido históricamente invisibilizado. En este sentido, os animamos a que le echéis un vistazo a la entrevista que Amarna Miller le realizó a la activista intersex Camino Baró. Os dejamos el enlace a continuación.
Fuentes y bibliografía.
Landarroitajauregui, J. Sexo, identidad y orientación del deseo: otra perspectiva.
Página web “Brújula intersexual”. https://brujulaintersexual.org
Por último, queríamos recordaros que desde Apoyo Positivo entendemos que las personas intersex y sus diferentes realidades merecen ser visibilizadas y atendidas desde el respeto, la comprensión, la empatía y profesionalidad. En este sentido, animamos a cualquier miembro de la comunidad diversa a que se pase y conozca de cerca los diferentes espacios en los que atendemos las necesidades de la comunidad, y muy especialmente nuestros espacios CASA.
CASA es un centro comunitario diseñado desde la ONG Apoyo Positivo, con 25 años de trayectoria en innovación social, donde dar respuesta a los retos actuales de la DIVERSIDAD en SALUD y BIENESTAR.
Un espacio multi-actividad amable, seguro y diverso donde podrás encontrar diferentes servicios para mejorar tu calidad de vida.
En nuestros centros podrás encontrar diferentes servicios para mejorar tu calidad de vida. Éstos se engloban en cuatro áreas:
– Área de salud sexual
– Área de terapias y salud mental
– Área de bienestar y desarrollo personal
– Área de comunidad y emprendimiento.
Si quieres más información sobre nuestros centros de Madrid y Torremolinos, no dudes en contactar con nosotres.
CASA Lavapiés
C/ del Amparo 71, en la sede de La Plataforma de Afectados por la Hepatitis C de Madrid.
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