No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa
para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados.
Estos derechos nunca se dan por adquiridos,
debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida.
Simone de Beauvoir
Un año más, las VILLANAS de Apoyo Positivo vuelven para reivindicar los movimientos contra el patriarcado y la búsqueda de una igualdad real en nuestra sociedad en el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo.
Este año, el tema elegido por la ONU es Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19, para celebrar los esfuerzos que han realizado mujeres y niñas de todo el mundo a la hora de definir un futuro más igualitario y la recuperación ante la pandemia de la Covid-19, y resaltar las deficiencias que todavía persisten.
Credit: ONU Mujeres/Yihui Yuan.
El viernes pasado os hablábamos de la importancia y la necesidad de PONER FIN A LAS DESIGUALDADES, objetivo fundamental de ONUSIDA en el Día de la Cero Discriminación, porque la discriminación y las desigualdades están profundamente interconectadas, la discriminación genera desigualdad y las desigualdades generan a su vez discriminación, que acaban afectando a ámbitos tan fundamentales de la persona como la salud o el acceso a la justicia.
Por eso resulta necesario acabar con la discriminación tanto social como estructural que genera estas desigualdades.
Desde 2015, todos los gobiernos se comprometieron, dentro de los objetivos de Desarrollo Sostenible, acabar con estas desigualdades y discriminaciones, lo que ayudará a salvar millones de vidas y conseguirá un mayor bienestar en toda la población.
Pero para poner fin a las desigualdades se necesita un cambio transformador:
- Acabar con la discriminación de género.
- Defender los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
- Potenciar la presencia de mujeres en los puestos de liderazgo.
- Potenciar el acceso a la educación de las mujeres.
Todos tenemos un papel que desempeñar para acabar con la discriminación y reducir así las desigualdades. Y una responsabilidad.
En las situaciones de crisis, como la crisis sanitaria que vivimos en la actualidad, se ponen aún mas de manifiesto las desigualdades sociales y la discriminación existentes agravadas a su vez por la propia crisis.
La pandemia ha afectado a todas las personas del planeta, pero de formas muy diferentes según sus características: el país en el que residen, tener o no un hogar seguro, su poder adquisitivo, el tipo de trabajo -si lo hay- que poseen, etc. Incluso, cuando parece que la humanidad se debería unir para luchar contra esta emergencia sanitaria, con la creación de vacunas, nos encontramos con que las desigualdades se incrementan: nueve de cada diez personas de los países más pobres no van a recibir la vacuna este año, por ejemplo.
Las mujeres se han visto especialmente afectadas por esta crisis. Sin embargo, no debemos confundir y pensar que la situación creada por la COVID-19 es la que ha incrementado esa desigualdad entre hombres y mujeres. El sistema patriarcal es el que genera la desigualdad. Esta situación lo único que hace es amplificar y hacer notar de manera más clara una realidad que vivimos a diario:
La asignación del rol de cuidadora a las mujeres posiciona a las profesionales sanitarias en la primera línea de respuesta a la enfermedad y, de manera especial, a enfermeras y auxiliares de enfermería y geriatría, cuyo contacto directo y continuado con personas afectadas por coronavirus implica un elevado nivel de exposición al contagio, además de la enorme presión derivada de doblar turnos y hacer muchas más horas extra de lo habitual con las consecuencias emocionales y psicológicas que puede acarrear. A ellas se suman limpiadoras, dependientas y cajeras de tiendas de alimentación y supermercados, un conjunto de profesiones imprescindibles y feminizadas que evidencian la necesidad de que los cuidados formen parte de la estrategia social y económica de los estados y que ésta incluya el enfoque de género, (Instituto de la Mujer, 2020).
En el caso de la mujer se suman distintas discriminaciones transversales que multiplican el efecto de estas desigualdades.
- En 92 países las chicas pueden contraer matrimonio antes de los 18 años, pero en 46 países necesitan el consentimiento de sus padres para realizarse una prueba para la detección del VIH.
- Una de cada tres mujeres que viven con el VIH en 19 países denunciaron haber sido víctimas de al menos una forma de discriminación relacionada con su salud sexual y reproductiva en un centro de atención sanitaria en los últimos doce meses.
Desde ONUSIDA se pide a los gobiernos promover un crecimiento social y económico inclusivo; eliminar las leyes, políticas y prácticas discriminatorias para garantizar la igualdad de oportunidades y reducir las desigualdades. Pero todos podemos desempeñar nuestro papel denunciando la discriminación allí donde la vemos, dando ejemplo o defendiendo cambios en las leyes.
Por todo esto, las VILLANAS de Apoyo Positivo vuelven el 8 de marzo, este año con la campaña #MUJER, con la que queremos dar voz y visibilidad a todas las mujeres. Porque igual que el peor virus es el estigma derivado de este sistema de opresión patriarcal, el único que nos borra como mujeres, a TODAS, es el PATRIARCADO.
Además, tenemos una de las sorpresas de las que ya os hablamos el viernes pasado: lanzamos en abierto Mar y María, uno de los capítulos de PATRIARCADO, la tercera temporada de nuestra serie INDETECTABLES.
Mar y María, dirigido por Afi Oco, muestra la sinrazón de justificar la violencia hacia la mujer; de poner en duda la palabra de las mujeres, sin cuestionar todas las herramientas patriarcales que impiden desarrollarse a cada mujer como un ser libre.
Una vez más, otra de las desigualdades a las que nos enfrentamos todas las mujeres en nuestro día a día.
#MUJER
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#sororidadparatodas
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#SistersNotJustCisters