Las palabras pueden ser el gran aliado.
En el mundo cada año se diagnostican miles de casos de VIH. Profesionales de diferente índole se enfrentan a comunicar a estas personas su nuevo estado serológico. En ese preciso momento un discurso tranquilizador y personalizado podrá cambiar por completo la gran oleada de emociones que vienen a continuación.
La importancia de la formación
El compromiso de cualquier profesional dedicado a la comunicación de diagnósticos de VIH (y de cualquier tipo), debe, no solo basarse en la parte técnica, sino, también, en técnicas de counselling para garantizar un correcto acompañamiento emocional de interlocutor.
Así, será de vital importancia, conocer de antemano el caso, realizar un correcta estructura y abierta, donde la persona que está al otro lado de la mesa, nos cuente su situación, el motivo de consulta y sobre todo, dar ese valor humano que se merece.
Todas las personas nos hemos enfrentado alguna vez en nuestras vidas a una consulta en el ámbito sanitario o social, y, ¿qué determina nuestra satisfacción? La empatía y comprensión con la que somos recibides.
Es por este motivo que el profesional debe brindar la mejor atención posible y, para ello, una formación correcta podrá ser la clave en una frase que es posible que la persona no vaya a olvidar en mucho tiempo: tienes VIH.
El autocuidado: una pieza fundamental
Antes de desarrollar de manera más extensa como comunicar un diagnóstico de VIH, es necesario dedicar unas líneas que en muchas ocasiones pasamos por alto, y sí, es ese gran olvidado llamado autocuidado que las personas que se enfrentar a tener que comunicar a otras personas que van a convivir a partir de ahora con el virus deben recibir.
Organizaciones de todo tipo dedicadas a este sector deben, no solo cuidar a los usuaries del servicio, sino también, a las personas que se encargan de ofrecer estos servicios
Una persona que trabaje es un espacio seguro donde sus emociones ante los diferentes casos, también sean atendidas y posean ayuda para poder gestionar sus sentimientos, facilitará el trabajo y, por ende, la comunicación será de mayor calidad.
La naturalidad nuestra mejor opción
Si una persona está corriendo por la calle, y alertando al resto de personas que hay un inminente peligro, lo más probable, es que nuestro corazón se empiece a acelerar y acabemos corriendo en masa escapando del peligro. Pues bien, esta transmisión de alerta o tranquilidad también se transmite a la hora de afrontar un diagnóstico de VIH.
Un mensaje, claro, conciso y natural, aportará a la persona que está recibiendo la noticia, una sensación de tranquilidad. Por supuesto, no podemos pasar por alto, aquellos factores que dependen puramente del sujeto (ej.: sentimiento, creencias anteriores, información previa sobre VIH…), pero sí, podemos manipular nuestras variables.
En ocasiones, una escucha activa, un tono calmado, sosegado y ofrecer ayuda multidisciplinar para empezar a navegar por esas primeras olas emocionales, podrá marcar la diferencia del proceso cognitivo que la persona haga sobre su nuevo diagnóstico.
Uno de los grandes aliados: el vocabulario
Las personas que se enfrentan a esta nueva etapa vital en compañía del VIH suelen presentar muchas dudas y es nuestra tarea dar respuesta a todas ellas. En esos momentos, hay que dejar un lado los tecnicismos, utilizar un lenguaje adaptado a la persona que tienes enfrente y ofrecer información de calidad, pero comprensible.
Esto ayudará a que la persona disipe sus mayores miedos, ya que hay que tener en cuenta, que en muchas ocasiones, son los que cogen el timón en los momentos iniciales. El miedo se puede combatir y una de las piezas claves es la información.
El abanico de posibilidades
La tarea de dar el diagnóstico de VIH a una persona, no acaba ahí. Es indispensable, que además de ofrecer los recursos sanitarios correspondientes para la parte más clínica del virus, la persona debe recibir otros recursos que faciliten su diagnóstico.
En estos momentos existen diversos manuales con información básica sobre el VIH muy útiles para ofrecer a las personas que asisten a por su diagnóstico. Este tipo de recursos, poseen infografía y lecturas sobre las preguntas frecuentes que se suelen realizar en esos primeros días. Esto facilita la comprensión de lo que viene a continuación y de lo que supone vivir con VIH.
Además, y durante la entrevista, se deben detectar otras necesidades de las persona que está recientemente diagnosticada y así, derivar, a otros recursos como psicología, trabajo social, sexología, grupos de recién diagnóstico y/o programa de pares de VIH.
El trabajo que hacemos en Apoyo Positivo
En nuestra asociación nos enfrentamos a comunicar diagnósticos de VIH habitualmente gracias al servicio de CheckPoint que tenemos en nuestras diferentes sedes, tanto en Madrid, como en Málaga.
Todos los días entran personas a nuestras instalaciones para hacer pruebas de diferentes infecciones de transmisión genital (ITG), y, con ello, siempre debemos garantizar la máxima profesionalidad y proyectar cercanía, ya que las personas, suelen sentirse vulnerables ante este tipo de pruebas rápidas.
En el caso de que detectemos un reactivo para VIH, activamos un protocolo revisado por nuestro personal médico y coordinado con los diferentes hospitales de las diferentes provincias para derivar de manera prioritaria el caso al área de medicina interna para su seguimiento.
Ahora bien, nuestro trabajo no acaba aquí. Tal y como se ha comentado anteriormente, abrimos un abanico de posibilidades para acompañar a la persona en el camino. Por supuesto, cada caso se atiende de una manera personalizada, y no todos los recursos son válidos para todas las personas.
Nuestros programas de ChemSex (Sexo, Drogas y Tú), sexología, trabajo social, pares de VIH y grupos de recien y largo diagnostico están abiertos a cualquier nueva derivación si la persona usuaria necesita de sus servicios.
Personas que cuidan de otras personas
Todo el equipo de Apoyo Positivo tiene claro esta premisa: todas somos personas. Es por ello, que además de tener una formación específica en lo que respecta a la salud sexo afectica, tenemos claro que siempre, al otro lado, hay una persona.
Quizás, y solo quizás, esto resulte obvio, pero es clave tenerlo en cuenta en cada intervención, ya, que si partes desde esa base, la comunicación de un diagnóstico de VIH será más asertivo, empático y cercano.
¿Quieres saber más sobre cómo comunicar el diagnóstico? No te pierdas nuestro último vídeo en nuestro canal UNFOLLOW de VIRUS.