Por los derechos sexuales y reproductivos de los jóvenes (1)

manifiestoYa hemos hablado de los derechos sexuales y reproductivos en este blog, de cuáles son y de cómo, en ocasiones, en nuestro día a día, podemos observar que no son tenidos muy en cuenta y, en los peores casos, vulnerados.

Y hablar de derechos implica hablar también de la población joven. Ya que, como sostiene laOMS, los jóvenes son particularmente vulnerables. Cada año se producen más de 100 millones de infecciones de transmisión sexual; y una parte importante de los 4,1 millones de casos nuevos de infección por VIH se dan entre jóvenes de 15 a 24 años de edad.

Los embarazos precoces, los abortos en condiciones de riesgo, las infecciones de transmisión sexual, incluida la infección por VIH, y la coacción y violencia sexuales son algunos de los problemas de salud sexual y reproductiva que afectan a los adolescentes (de edades entre 10 y 19 años) con una vida sexual activa. (OMS, 2006)

La explicación a estos datos la podemos encontrar en la falta de educación sexual y reproductiva, así como en la dificultad al acceso a servicios de salud sexual y es sobre este tipo de servicios, sobre los que nos vamos a centrar hoy.

Diversos organismos internacionales exponen la necesidad de la existencia de servicios de salud sexual y reproductiva específicos para jóvenes. La OMS, en concreto, recomienda la creación de un centro de anticoncepción y sexualidad para población joven por cada 100.000 adolescentes y jóvenes. El UNFPA promueve diferentes acciones para prevenir el embarazo adolescente, las ITS y el VIH/Sida como fortalecer las capacidades de las instituciones para operar servicios de salud sexual y reproductiva integrales, de alta calidad y amigables para los os adolescentes y jóvenes.

Todos los jóvenes tienen derecho a ser informados sobre su sexualidad y su salud sexual y reproductiva, y tienen derecho, y capacidad, para tomar sus propias decisiones al respecto.

¿Cuáles serían las principales características de este tipo de centros?

  • Accesibles: a los jóvenes rara vez se los involucra y se los considera autónomos para tomar sus propias decisiones. Por eso, muchas veces les resulta difícil solicitar ayuda cuando la necesitan. Y por eso son necesarios servicios a los que les resulte fácil llegar, con unos horarios adaptados a los suyos, donde no sea necesario pedir cita…
  • Lugares donde no se les juzgue: con profesionales que tengan la capacidad de presentar el sexo seguro como divertido y placentero y no sólo desde los riesgos, la culpa y el posible castigo.
  • Cercanos: que hablen su propio lenguaje e intenten entender el desarrollo de su sexualidad de forma individual y se adapten a su propia realidad.
  • Espacios donde no sólo se suministre información sino también educación: en la actualidad, podemos percibir que se transmite un doble mensaje a la juventud.

Los jóvenes se enfrentan a muchas presiones en relación con la sexualidad, que incluyen mensajes y normas en conflicto. El sexo se ve como algo negativo y se asocia con la culpa, el temor y la enfermedad; pero, a través de los medios y las amistades, se presenta como positivo y deseable.

Estas presiones pueden perpetuarse por la falta de información correcta, habilidades y conciencia de sus derechos, así como por expectativas asociadas al género. La educación permite dotar a la población joven de las herramientas necesarias para enfrentarlas.

Por tanto, es necesario fomentar la creación de recursos en los que se trabaje por la defensa de los derechos sexuales y reproductivos, es una estrategia fundamental y necesaria para el bienestar y el crecimiento social de nuestra población joven.

En próximos post retomaremos este tema y hablaremos de la situación de este tipo de servicios en nuestro país, a través de una entrevista con Ana García Mañas, coordinadora del Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de Madrid.