Las emociones de un estigma

Esta semana, Tamara López, estudiante de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, ha publicado en su blog una entrevista a nuestra presidenta, Reyes Velayos,. Desde aquí, os animamos a que la leáis y queremos agradecer su iniciativa y el contactar con nosotros, porque sus primeras preguntas, ¿qué supone trabajar con una persona afectada por el VIH? y ¿se tiene miedo en alguna ocasión?, nos hacen reflexionar y recordar los resultados de un estudio sobre discriminación y VIH que realizamos y presentamos el año pasado.

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Este estudio lo realizamos con ayuda de un software de reconocimiento facial de emociones, NEURO RESEARCH LAB, que crea un mapa dinámico del cuerpo, y presta especial atención a algunas de ellas, a través del análisis de las microexpresiones faciales; por eso permite conocer cuál es la emoción real que siente una persona ante un estímulo, preguntas sobre el VIH, en nuestro caso.

Los resultados, que complementan los del estudio «Creencias y actitudes de la población española hacia las personas con VIH» (Mª J. Fuster, F. Molero. SEISIDA, 2010) nos hacen reflexionar de nuevo:

  • Un 23,4% se sentiría incómodo mandando a su hijo a un colegio en que otro estudiante tiene VIH; la respuesta emocional esMIEDO.
  • Un 75% no mantendría una relación sexual esporádica con alguien con VIH; la respuesta emocional es MIEDO.
  • La emoción dominante ante situaciones en que se piensa que hay un cierto riesgo de contacto es MIEDO.
  • Un 45% de la población no se ha testado el VIH. De estos, un20% siente MIEDO al pensar en hacerse la prueba.

¿Por qué la sociedad siente miedo? ¿No hay suficiente información sobre la enfermedad o, tal vez, no sabemos trasmitirla, o puede que no quieran escucharla?

Pero no solo es el miedo, la emoción dominante ante situaciones de convivencia con una persona con VIH (compartir piso, ser amigo, mantener una relación sexual estable, etc.) es DESAGRADO:

  • Un 45% no mantendría una relación sexual estable con alguien con VIH.
  • Un 25% no se sentiría cómodo viviendo con una persona con VIH.

Además, aunque la mayor parte de los encuestados está en contra de que las personas con VIH estén separadas en lugares públicos, o de que existan listas con los nombres de los afectados, el 25% y el 22%, respectivamente, no se alarma ante estas medidas discriminatorias. Un28,37% culpabiliza de su enfermedad a las personas con VIH y un52% considera que estos no tomaron las medidas adecuadas.

Por todo esto, esperamos que las preguntas formuladas por Tamara os hagan reflexionar a todos, porque, un año después, la sociedad todavía siente miedo, desagrado, rechazo… En definitiva, la sociedad discrimina a las personas que viven con VIH: una de cada cuatro personas que fueron entrevistadas secundan una política discriminatoria. Así que esperamos que en el 2014, muchas más personas se planteen las preguntas que nos ha formulado Tamara, que reflexionen sobre ellas y sobre los resultados de este estudio, para que, entre todos, consigamos un 2015 con cero discriminaciones.