¿Cómo es la vejez para las personas LGTB? (2ª parte)

Al igual que les sucede al resto de ancianos, la salud es una de las mayores preocupaciones de los ancianos LGTB. Sobre los problemas específicos en referencia a la salud del colectivo LGTB, se sabe muy poco, aunque se cree necesaria una atención y cuidados especializados.

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Según el Estudio sobre la percepción médica de la homosexualidad  y su relación con la salud. Dirección de Salud Pública de la Consejería de la Comunidad de Madrid, los profesionales sanitarios intentarían en general tener una visión positiva (o por lo menos no negativa) de las personas homosexuales, aunque también reconocían desconocer sus necesidades específicas y tener ciertos prejuicios.

Son estos mismos prejuicios los que hacen que, en multitud de ocasiones, las personas acaben escondiendo su orientación sexual y los problemas de salud que se pudieran derivar de ella ante el médico, por miedo a no sentirse comprendidos o a ser directmente discriminados.

Sobre los servicios de salud

En el 90% de los casos, la figura del cuidador (habría que decir cuidadora, porque un 75% son mujeres), pertenece a la familia. En el caso de las personas homosexuales y transexuales, se suelen encontrar con una situación difícil debido, en muchas ocasiones, a la falta de un apoyo familiar y falta de recursos económicos.

En el caso del personal sanitario, y del resto de usuarios de los centros y residencias de mayores, se suelen dar realidades como la falta de preparación para atenderles, dificultades para la convivencia y para la expresión de su orientación sexual, así como altos niveles de sexofobia.

Sobre la salud mental

La consideración de la homosexualidad como una enfermedad mental (hay que recordar que la transexualidad sigue estando patologizada) hace que muchos ancianos que sufren problemas de salud mental escondan su orientación ante el personal sanitario y ante sus iguales.

Para las personas transexuales , debido a su visibilidad, esto resulta en general mucho más complicado.

Aparte de esto se tendría que tener en consideración también el impacto que ha podido suponer en la salud mental el estigma de la homosexualidad y transexualidad. Según sugieren algunos estudios, los hombres gay que han vivido su homosexualidad con naturalidad, suelen buscar en su vejez el contacto con personas de su edad con la consecuente mejora que esto puede suponer respecto a la salud mental.

Sobre el VIH y sida

La introducción de la Terapia Antirretroviral de Gran Actividad (TARGA) en el año 1996 supuso que los pacientes con VIH vivieran más (cronificación de la infección), y que, en muchos casos, se convirtiera en el principal problema de salud para muchos ancianos LGTB.

La infección por el VIH en este colectivo tiene una serie de características concretas que es necesario conocer: el reconocimiento de la infección supone una obligada salida del armario y por lo tanto un impedimento a la hora de hacerse la prueba de detección, la infección por VIH supone un nuevo estigma al que hacer frente aumentando el sentimiento de soledad, vulnerabilidad y vergüenza, así como la dificultad de entenderse con otros jóvenes LGTBseropositivos por la diferencia de edad.

Sobre los problemas específicos de salud de las lesbianas

A pesar del desconocimiento que existe de la sexualidad de las lesbianas por parte del personal médico, existen una serie de problemas de salud que afectan especialmente a estas, no tanto por la orientación en sí, sino por factores derivados de la situación en la que se vive la homosexualidad:

  • El cáncer de mama es mayor que en mujeres heterosexuales. Existen estudios que mencionan la genética como el factor determinante a la hora de padecer cáncer de mama.
  • Un mayor riesgo de cara a sufrir cáncer cervical. Es posible que también por no hacerse una citología al año.
  • Un mayor consumo de alcohol y drogas.
  • Un mayor riesgo de sufrir cáncer de colon por la mala alimentación derivada del estilo de vida.

Sobre las personas transexuales

En su caso es absolutamente necesario que tengan desde el principio de sus tratamientos hormonales una información veraz de cara a evitar la automedicación.

Para atender a las necesidades sanitarias de estas personas sería necesario obtener tratamiento desde el inicio hasta el cambio quirúrgico (en el caso que se dé) y el seguimiento posterior. En definitiva, la necesidad de unidades de transexualidad en los hospitales más grandes y especialistas en salud transexual.

Los problemas de salud de este colectivo serían:

  • Mayor vulnerabilidad a las enfermedades de transmisión sexual y a la infección por VIH.
  • El riesgo al VIH por tener solo disponibilidad a tratamientos hormonales inyectables intramuscularmente, ya que los orales son más caros y no suelen disponer de los recursos económicos suficientes.
  • Si tienen un estatus serológico positivo, suelen tener problemas a la hora de las operaciones para la reasignación de sexo.
  • Problemas de salud mental derivados de la enorme discriminación que sufren.
  • Problemas mentales específicos derivados de la situación que viven (discriminación, estigmatización, incomprensión etc.): desórdenes de estrés pos-traumático, de personalidad, ansiedad, depresión.
Desde Apoyo Positivo creemos que la atención sanitaria que les brindemos a nuestros abuelos, independientemente de su identidad u orientación sexual, definirá en gran parte el tipo de sociedad que estemos construyendo; en este sentido vemos necesaria la promoción de la salud desde una perspectiva múltiple que tenga en cuenta la enorme riqueza y diversidad existente.