1 de Marzo, Día para la Cero discriminación. Hablemos de derechos humanos, hablemos de serofobia, del estigma del VIH.
Bajo el lema Cero discriminación, ONUSIDA nos invita a sentir la diversidad, a implicarnos como mariposas para volar hacia una sociedad inclusiva. En efecto, apreciar el valor de la diversidad implica un vuelo hacia la libertad. Las mariposas, de nacer orugas a ser elegantes seres que se elevan hacia las alturas con sus alas desplegadas y de colores diversos que las embellecen. Con la mariposa como ideal, como símbolo de la capacidad de transformación, se está pidiendo a la sociedad que evolucione para que se eleve como una comunidad del instinto afectivo.
Una necesidad, un reto, un futuro: liberarnos de la discriminación a personas con VIH.
La serofobia, asunto de salud pública, aumenta la vulnerabilidad de todos, tengamos o no VIH. Es hora de que dejemos de ser vulnerables.
Las personas con VIH no tendríamos qué preguntarnos cuántas veces más volveremos a ser discriminadas por personas con las que disfrutábamos de una buena relación (“por si acaso, prefiero no tener sexo contigo…”, “me gustas pero no podemos tener una relación porque temo por mi seguridad”); no tendríamos que enfrentarnos al maltrato ejercido desde el ámbito institucional (negación de permiso de residencia, negación de adopción…), sanitario (complicaciones para trasplantes, negación de la reproducción asistida, protocolos inadmisibles en pruebas y quirófanos, rechazo en residencias…) y desde el ámbito laboral (despidos no justificados); tampoco tendríamos que sentir la presión constante de decir el seroestatus ante una sociedad que busca la segregación (“me has engañado; tendrías que habérmelo dicho antes”). En definitiva, no tendríamos que descubrir que lo que más destruye no es el virus sino una sociedad que no entiende su propia realidad.
Porque la realidad del VIH está inscrita en la nuestra, tengamos o no VIH. Las personas que nos sentimos o nos sabemos seronegativas también somos perjudicadas por la serofobia (falsa confianza que lleva a prácticas desprotegidas para el VIH; rechazo de relaciones con química y potencialidad).
Las personas con serofobia atribuimos el VIH a determinados estilos de vida o personalidades, y “como mi vida no es como la de ésos, yo no corro peligro”. Se tienen prácticas desprotegidas porque “lo estoy haciendo con amantes de confianza”, de lo que se trasluce que “mis amantes son normales y entonces no pueden tener VIH”, como si las personas con VIH no pudieran transpirar buen rollo (¡?). Esa confianza, no fundamentada en criterios reales, es el principal factor de vulnerabilidad para adquirir el VIH.
Junto a las vulnerabilidades para nuestra salud, están también las vulnerabilidades para nuestro desarrollo afectivo y sexual, para nuestra potencialidad como seres afectivos. Porque… ¿qué estamos rechazando realmente cuando nos alejamos de una pareja, amante o compañera/o con VIH? No dejamos que la relación fluya, y bien podemos estar privándonos de una relación maravillosa. Que la persona tenga VIH no es obstáculo para una relación donde medie el placer, la complicidad o el afecto. Sí puede ser un reto por lo que implica de liberarnos de prejuicios e implicarnos con el otro- toda liberación es un reto, no es fácil volar- pero no es un obstáculo. El obstáculo es la discriminación producto del miedo. El creernos desiguales es lo que impide alejarnos de la metáfora de las mariposas. La afinidad no depende del seroestatus; las relaciones no pueden envenenarse por el estigma del VIH porque entonces nos estamos limitando a vivir a ras del suelo. Cuando sentimos mariposas, ¡sentimos mariposas!
Apoyo Positivo se une a la campaña Cero Discriminación, para lo cual se necesita la participación de todos. Contamos con vosotras y vosotros, para hablarlo con vuestras amistades, compañías, amantes… La visibilidad en redes sociales es importante. Contamos también con nuestra amiga Rebeca, que dedica su canción “Sientes mariposas” a todos aquellos implicados en sentir mariposas, más allá del estatus serológico y de desigualdades que no tienen otra función que limitar nuestra afectividad. ¿Sientes las mariposas?, ¿sus alas? Pues basta con abrirlas para volar.
Puedes ver nuestra campaña #sientemariposas #haztesentir AQUÍ
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