En esta ocasión, y aprovechando el convenio de colaboración firmado entre
Apoyo Positivo y el IUNIVES, entrevistamos a su director, Carlos de la Cruz:
Apoyo Positivo (AP): A pesar de que sabemos de tu dilatada formación como sexólogo y psicólogo, nos gustaría antes de nada saber un poco más de ti. Cuéntanos a que te dedicas en la actualidad además de ser el director del Máster Oficial de Sexología de la UCJC.
Carlos de la Cruz (CC): Actualmente también soy responsable de las Áreas de Igualdad y Juventud del Ayuntamiento de Leganés, participo de muchas acciones formativas con la Asociación “Sexualidad y Discapacidad”. Sin embargo lo relevante es que, afortunadamente, me dedico a lo que me gusta: a contribuir a que hombres y mujeres se conozcan, se acepten y tengan relaciones que puedan considerarse satisfactorias. Es decir, a tratar de hacer realidad la Atención y la Educación Sexual para todas las personas y desde distintos ámbitos.
AP: Aprovechando el convenio de prácticas para el alumnado firmado entre nuestra entidad y el IUNIVES, nos gustaría que nos hablases del tipo de formación se van a encontrar las personas que se animen a realizar el máster con vosotros.
CC: Se van a encontrar sexología, ni más ni menos. Una sexología científica (no puede ser de otra manera) y que cumple los mismos requisitos que cualquier otra titulación universitaria (créditos, profesorado, evaluación, etc.). De ahí, la oficialidad.
Un Máster que se enfoca al estudio del Hecho Sexual Humano. Lo que significa, entre otras cosas, a cómo se construyen y se articulan los sexos, la identidades y las orientaciones del deseo, a como se expresan con y sin pareja, y cómo se producen los encuentros y cómo se resuelven los desencuentros.
Un Máster impartido por profesionales de la sexología y que tiene como ejes centrales: la educación sexual, el asesoramiento sexológico y la investigación.
AP: ¿En tu opinión, que aspectos tenemos que tener en cuenta a la hora de hacer una buena educación sexual?
CC: Tratar de salir de la trampa de llegar tarde y contar poco. Hasta ahora se recurre a la educación sexual como un remedio: para evitar la transmisión del VIH, el embarazo no planificado, la violencia de género, el abuso…, para evitar problemas. Y se aborda desde el atajo, lo que lleva a hablar casi exclusivamente de coitos, genitales, ITS/ETS, fobias, etc.
Sin embargo, la educación sexual debería ir más hacia lo que se quiere conseguir que hacia lo que se quiere evitar.
Debería impartirse para poner cimientos que eviten problemas y no esperar a que se presenten para resolverlos. Debería abordar los cuerpos, las eróticas, los encuentros, la diversidad, etc., y todo lo que se escribe con letra mayúscula.
Y una última consideración: la educación sexual es una tarea compartida, donde los profesionales de la sexología tenemos espacio, pero también lo tiene el profesorado, la familia, el personal sanitario, etc.
AP: La labor actual de nuestra entidad se enmarca dentro de cuatro grandes líneas de actuación: Educación Sexual, Salud Sexual, Derechos Sexuales y Reproductivos y Ciudadanía Activa. Nos gustaría saber cuales son a tu juicio los grandes desafíos y oportunidades con los que nos podemos encontrar como entidad a la hora de trabajar cada una de esas líneas de actuación.
CC: Un desafío es dar el salto de lo urgente hacia lo importante. El otro desafío es no caer en la autocomplacencia por mucho de los conseguido: más visibilidad LGTBI, ley de salud sexual, más consenso sobre la necesidad de la educación sexual, matrimonios entre personas del mismo sexo, ley de identidad y expresión de género…
Además de medio llena, la botella también está medio vacía. La educación sexual aún no está garantizada, menos aún la atención en sexualidad, colectivos como el de las personas con diversidad aún tiene muchos más retos por delante, algunas de las leyes carecen de dotación presupuestaria…
¿Oportunidades? Todas. Hay más interés y más consenso. Los derechos ya no se discuten. Eso sí, hemos de ser capaces de dar respuesta a las demandas: de quienes acuden a los despachos, de los centros educativos, de los colectivos y de las instituciones que piden colaboración. No podemos fallar, hay que estar a la altura y sabremos (sabréis) hacerlo. Muchos motivos para ser optimista.
AP: Sabemos que la diversidad es algo que por encima de todo hay que visibilizar (somos inevitablemente diversos). ¿Piensas que además de visibilizar esta diversidad o diversidades son necesarias también otro tipo de medidas legales, jurídicas etc. que garanticen a las personas poder expresarla?.
CC: Desde que Gregorio Marañón escribió los Estados Intersexuales y que la excepción es la norma, deberíamos haber dejado de discutir sobre este tema y entender y aceptar los plurales.
Creo que la única medida es leer más.
La diversidad es un hecho de ciencia y por tanto no habría que dar muchas más vueltas, únicamente actuar en consecuencia.
AP: Volviendo al tema de la educación sexual, ¿cuáles piensas que van a ser los temas que en un futuro van a ocupar la agenda de las sexólogas y los sexólogos?
CC: Toca hacer ciencia y ciencia sexológica. La educación sexual se ha de hacer por sentido común porque sin ella no es posible hablar del desarrollo integral de las personas, de todas las personas. Pero, con suerte, sin tener que recordar que la educación sexual no es ofrecer píldoras informativas ni algo que libere de culpas. Es necesario que seamos capaces de demostrar con datos que la educación sexual bien entendida mejora.
AP: Si quieres añadir algo más.
CC: Que los objetivos que proponemos: conocerse, aceptarse y expresar la erótica con satisfacción sirven para todas las edades, con pareja y sin pareja, distintas orientaciones e identidades, diversidad funcional etc., y, consecuentemente, también para los profesionales de la sexología y de Apoyo Positivo. Así que a por ellos.
Desde Apoyo Positivo agradecemos a Carlos de la Cruz el compartir con nosotros su tiempo y sus conocimientos, y si necesitáis más información sobre este tema, podéis escribirnos a info@apoyopositivo.org o llamarnos al 913581444