¿Cuánto vale una mujer iraní?

Treinta y seis años después de la revolución de los clérigos, en la que elAyatollah Jomeini cambió el destino de la vieja Persia, acabando con el régimen tiránico, el mundo tiene una percepción pésima de Irán y sus relaciones internacionales son complejas: enfrentamientos con los países árabes sunitas, beligerancia conIsrael y Estados Unidos, distancia con los países ateos (Rusia en primera fila, un país sin Dios) y con la consumista y capitalista Europa, y una política exterior rígida y combativa. El bloqueo económico sigue parcialmente en vigor, pese a los recientes acuerdos de Ginebra en materia de energía nuclear.

mujer-iran

Pero, ¿cómo es la vida cotidiana en uno de los países más desconocidos del mundo?, ¿en qué situación se encuentran las mujeres?

Las mujeres iraníes pueden conducir automóviles, montar negocios y vivir una vida casi normal en el recinto de una casa cerrada. En la vida pública, la separación de sexos es evidente: segregación en autobuses, en playas, en piscinas, en celebraciones, etc. Aunque es cierto que comienzan a saltar chispas de cambio: el velo es obligatorio en la calle, pero la mayoría desafía la norma y muestra parte de su cabello. Tampoco está bien visto el maquillaje, y sus labios destacan cargados de carmín. La policía de la moral no da para más. Habría centenares de miles de mujeres en la cárcel si se aplicara la ley.

Y por si fuera poco, las mujeres han creado una página en Facebook, (por cierto, filtrado en el país pero al que toda la población consigue acceder) My Stealthy Freedom, en la que reivindican su derecho a no llevar velo mediante fotografías de mujeres sin velo tomadas en lugares significativos del país.

Aún así, cuando preguntas a los hombres maduros por tanta separación de sexos, lo argumentan así: Juntarlos significaría fomentar la promiscuidad: a ellas les gusta bailar y enseñar el cabello. Sí, la doctrina oficial, avalada por parte de la sociedad, sostiene que enseñar el cabello, la piel del cuello o los tobillos es una provocación y excita a los hombres. De ahí la justificación del velo.

El acceso a la universidad es también uno de los puntos de segregación de la mujer. En un país con 80 millones de habitantes, y que cuenta con tres millones de estudiantes universitarios, de los cuales un 62% son mujereshay algunas contradicciones. Irán fue uno de los primeros países en el Medio Oriente que permitió que las mujeres estudiaran en la universidad y, desde laRevolución Islámica en 1979, ha alentado a las mujeres a matricularse en la educación superior.
Pero una de las últimas medidas del gobierno anterior fue restringir su acceso a 80 carreras que se imparten en 30 universidades distintas. La lista de carreraslimitadas al sexo femenino va desde ingenierías a Física Nuclear eInformática, pasando por Literatura Inglesa, Arqueología y Negocios.

El acceso a los estadios también está limitado para las mujeres. Las mujeres iraníes no pueden presenciar partidos de fútbol, uno de los deportes nacionales, porque los hombres llevan pantalones cortos. Las autoridades justifican también esta prohibición por el uso de lenguaje inapropiado por parte de los aficionados.

En cuanto a la posición en la familia, el Código Civil consagra que el jefe de familia es siempre el hombre, mientras da alas a la subjetividad masculina en temas sensibles: El marido puede prohibir a la esposa el ejercicio de cualquier profesión o trabajo que vaya contra los intereses de la familia o de su dignidad, o de la de su esposa. Como pasaba en la España franquista, la esposa necesita del permiso de su marido para viajar y para distintos trámites.

Y en materia legal, la situación dista mucho de ser mejor. En materia de herencias se remacha que, si una persona muere y sólo deja un hijo, éste hereda la totalidad de sus bienes, tanto si es varón como hembra. Si deja varios hijos e hijas, cada varón recibirá el doble de bienes que las hembras.

La mujer vale, por ley, la mitad que un hombre, aunque la jurisprudencia avanza en sentido contrario. En caso de accidente o muerte, el valor de la vida de un varón es el doble que la de una hembra. Hasta hace poco si un automovilista podía optar, en caso de accidente, entre matar a un hombre o a una mujer, no lo dudaba: su responsabilidad en caso de homicidio involuntario le costará el doble si mata a un hombre.

En caso de asesinato, la familia de la víctima puede pedir que se aplique el ojo por ojo, diente por diente. Si la víctima es hembra y el asesino hombre, tendrá que compensar a la familia del criminal con una cantidad equivalente a la diferencia del precio de la sangre de las dos muertes. De igual forma, el testimonio de un testigo hombre equivale al de dos mujeres.

¿Qué están haciendo las mujeres? Y, ¿cómo se enfrentan las mujeres a esta situación?, ¿de qué medios disponen las mujeres iraníes para luchar por la igualdad de derechos?

La conquista de los derechos civiles de las mujeres es una lucha que varias organizaciones llevan a cabo desde hace ya algunos años en Irán. Gracias al trabajo de estas valientes activistas, que se atreven a levantar la voz aunque las conduzca en algunos casos a prisión, existe cada vez una mayor concienciación social sobre el derecho a la igualdad. A través de sus actividades, de las coaliciones que han formado y de sus campañas, las mujeres han dado a conocer sus exigencias al gobierno. Esperamos que esa comunicación facilite un cambio de las leyes, de lo contrario este asunto será siempre un reto para las mujeres.